La situación de estancamiento económico en China es un factor muy importante que tiene que considerar la Reserva Federal antes de proceder a elevar las tasas de interés.
Parecería que la decisión sobre la subida de tasas de interés por parte de la Reserva Federal está más entrelazada con la situación económica de China de lo que parecía en un principio. Según algunos analistas, la principal razón por la que la Presidenta de la Fed, Janet Yellen, se desanimó de aprobar el alza en septiembre fue la creciente preocupación por la volatilidad de los mercados en China.
El recorte de tasas de interés en China anunciado el viernes debería ayudar al gigante asiático y podría alentar a la Fed a finalmente aplicar la subida de tipos luego de que la misma se mantuviera en cero durante los últimos siete años - desde 2008.
Las bolsas de Asia se han estado moviendo al alza a raíz del recorte de tasas de interés de China y su cambio en los requisitos de reservas para los prestamistas, preparando el escenario para que la Fed se decida en su próxima reunión de política que se realizará el 27 y 28 de octubre, a elevar la tasa de referencia a al menos un 0,25 por ciento.
Sin embargo, la mayoría de economistas están de acuerdo en que todavía es demasiado pronto para que la Fed actúe y citan una posible desaceleración mundial continuada como su principal preocupación. Los últimos movimientos en la política de China son alentadores, pero pueden no ofrecer suficiente razón para un cambio de la Fed. Sin embargo, otros analistas creen que la probabilidad de que la Fed aumente de la tasa en su reunión de política monetaria de diciembre es alrededor del 36 por ciento.
Las Tasas de Interés en China
Uno de los logros más tangibles de China hasta la fecha fue tomado el 23 de octubre, cuando se liberó las tasas de interés de los depósitos bancarios. Después de su mini-devaluación en agosto, el yuan ha vuelto a una relativa estabilidad frente al dólar estadounidense. Y a pesar de que la economía no puede expandirse en un 7 por ciento este año, aún se mantienen las esperanzas de que la tasa de crecimiento pueda acercarse a este número.
Los economistas y los socios comerciales han venido presionando a China por mucho tiempo a que rompa su dura postura y haga cambios a su sistema financiero, a fin de fomentar el progreso. Se ha puesto en marcha varias iniciativas para impulsar el crecimiento, incluyendo la devaluación del yuan, la disminución de la intervención del estado en las grandes corporaciones, la reducción de su cúmulo de reservas de divisas y otras medidas. Además, el gobierno se comprometió en 2013 a permitir que las fuerzas del mercado jueguen un papel más decisivo en la economía del país.
Los inversores internacionales se han mostrado un poco reacios a saltar al vació y parecen haber perdido la confianza de que la segunda mayor economía del mundo sea capaz de gestionar una transición multifacética sin sufrir una desaceleración importante.
Apuntan a la caída del 3 por ciento en el valor del yuan como el detonante de una ola de ventas en los mercados globales que duró casi seis semanas, y las decrecientes reservas de divisas son vistas como un presagio de la fuga de capitales en lugar de un reequilibrio saludable.
Ben Bernanke, ex presidente de la Reserva Federal, cree que Yellen se enfrentará a una difícil decisión en la próxima reunión del FOMC y tendrá que sopesar si existe suficiente impulso interno para mantener a Estados Unidos adelante sin ser arrastrado por fuerzas externas. La decisión que se tome al final de la reunión de política de dos días que comenzará el martes puede no sorprender a muchas personas, pero sin duda tendrá amplias repercusiones en todo el mundo.