La moneda de Turquía puede haberse recuperado ligeramente tras su reciente caída, pero eso no es motivo de celebración. Según los informes publicados por CNBC, la confianza económica del país se ha desplomado a su nivel más bajo en casi 10 años, ejerciendo más presión sobre la lira y llevando a los traders a preocuparse de si lo peor está por llegar. Según el informe, una medida de confianza económica para agosto cayó a 83,9, bajando desde 92,2 en julio, lo que envió a la lira a 6,4 frente al dólar, una caída del 3 por ciento. Este bajo nivel de confianza no se ha visto desde marzo de 2009.
Turquía tiene una gran deuda denominada en dólares y la discordia política del país con Estados Unidos está debilitando aún más la lira y encareciendo la deuda. EEUU ha aumentado recientemente los aranceles sobre el acero y el aluminio turcos. Turquía respondió aumentando los aranceles a los automóviles, el alcohol y el tabaco estadounidenses.
El nuevo ministro de finanzas de Turquía es Berat Albayrak, el yerno del presidente turco, Recep Erdogan. Erdogan ya ha sido criticado por su estricto control sobre la política monetaria del país y sus políticas monetarias poco ortodoxas. El miércoles, un periódico local citó a Albayrak diciendo que no hay un “gran riesgo” para la economía de Turquía porque el país tiene fundamentos sólidos. Sus declaraciones siguieron a una decisión el martes por la agencia de calificación Moody's de rebajar su calificación de 18 bancos turcos y de dos de las empresas financieras del país. La rebaja fue impulsada principalmente por la alta dependencia del país de la financiación en moneda extranjera.
Los nuevos problemas de la lira han causado nuevos problemas en las monedas de los mercados emergentes. El miércoles, el peso argentino fue el mayor perdedor después de caer un 7 por ciento. Los índices y fondos negociados en bolsa de mercados emergentes también cotizaban a la baja el miércoles y el jueves por la mañana.