* Por Matias Salornd
Ni siquiera el día viernes, después de que se supiera que el desempleo en Estados Unidos había alcanzado niveles máximos en 25 años, la bolsa detuvo su movimiento alcista. Lo que sumó a que la semana que pasó haya sido la cuarta consecutiva con resultado semanal positivo (la mejor racha de este tipo desde 1.938). El cierre mensual de marzo implicó el mejor mes en décadas; aunque también hay otro dato, que hoy parece olvidado: a principios de marzo, el Dow Jones marcó mínimos en 12 años. Lo que indica, que pese a todo lo dicho anteriormente, los movimientos actuales aún pueden ser un rebote y no el inicio de una nueva tendencia alcista. Y si consideramos el trimestre, la suba de marzo no alcanzó para que el mismo termine con resultados positivos. Las recuperaciones que se están observando en las bolsas no son un fenómeno aislado sino que se da en todo el globo. Por ejemplo, en China, las acciones han quebrado niveles clave y ya han recuperado parte de lo perdido desde agosto del 2008; aunque todavía están lejos de sus máximos.
Se han conocido datos de todo tipo, pero en su mayoría no alentadores. Las viviendas siguen cayendo de precio, el desempleo aumenta, los datos de producción industrial si bien siguen cayendo disminuyen el ritmo, el comercio internacional sigue colapsando (no hay señales de desacople), los efectos futuros de las actuales políticas siguen siendo desconocidos y poco estimables. En definitiva, es muy pronto para hablar de que lo peor ha pasado. Hay leves indicios de que esto puede haber sido así, y se comienza a ver un piso y que lo peor ha quedado atrás. Pero atención, que lo peor haya quedado atrás, no implica que el futuro vaya a ser mucho mejor. El piso no indica que la economía mundial vaya a rebotar y volver rápidamente a sus niveles de comercio, producción y empleo anteriores a la crisis. Sino que por el contrario, los ajustes que se iniciaron a una velocidad sin precedentes desde septiembre, pueden continuar y hasta que no terminen, la reactivación puede estar lejos.
El Banco Central Europeo (BCE) decidió bajar la tasa de interés un cuarto porcentual, menor a lo que esperaba el mercado (cincuenta puntos). Jean Claude Trichet, presidente del BCE, no descartó luego futuras reducciones. El nivel de la tasa es la más baja desde que se introdujo el euro. Consultado sobre otro tipo de políticas, Trichet dijo que serán tratadas en la próxima reunión. Todavía el BCE no ha sorprendido al mercado con medidas extraordinarias, algo hay que esperar y posiblemente en el próximo encuentro se sepa algo más. La prudencia continúa marcando el camino de las decisiones de política monetaria en la eurozona.
Tras varios preparativos se llevo a cabo la reunión del G20. Los anuncios destacados: más fondos para los organismos multilaterales de crédito (el monto hace que no sea una noticia menor) y una reforma al sistema financiero, que por ahora implica la intención de regular hedge funds y presiones a los paraísos fiscales. Se puede concluir que es pronto para hablar de cuestiones más profundas como una nueva moneda, reguladores financieros internacionales y se optó por avanzar con fuerza con lo que era posible y rápido, como la ampliación de fondos disponibles para prestar del FMI. A futuro, esto sirve
para otorgar créditos más grandes y más rápidos a aquellos países que los necesiten. Generalmente fueron en su mayoría los países emergentes quienes pedían acceso a este tipo de financiamiento; ¿alguno de los países “grandes” volverá a pedir dinero al Fondo? Otro de los temas que se acordó, fue reactivar la Ronda de negociaciones de Doha y darle a la Organización Mundial de Comercio un rol clave en la lucha global contra el proteccionismo. Si bien a simple vista no parece que se hayan acordado grandes cosas, si lo que se firmó se pone en práctica, puede traer grandes repercusiones.
Otro de los temas dominantes fueron las automotrices la semana pasada. Barack Obama brindó una conferencia de prensa donde dejó como mensaje que tanto General Motors como Chrysler, necesariamente tendrán que cambiar y no serán las mismas; pero aseguró que seguirán existiendo. La venta de autos en el mundo continúa en caída, si bien el ritmo no ha aumentado, se mantienen en niveles que implican ventas entre un 30 y 40% inferiores a las de un año atrás. Las excepciones fueron Francia, Italia y Brasil; que han implementado planes, estimulando a los consumidores a que cambien sus automóviles. Por el momento han funcionado, pero ¿las ventas continuarán fuertes tras estos programas?
Dos noticias más, mostraron que el optimismo no puede tapar el hecho que estamos en el medio de una gran crisis. En Estados Unidos, las solicitudes de subsidios por desempleo aumentaron su ritmo de crecimiento, sembrando grandes preocupaciones a futuro. Y el informe de nóminas no agrícolas, termino de confirmar las preocupaciones. Las solicitudes alcanzaron niveles que no se veían en décadas. El domingo pasado, España realizó la primera intervención a una institución financiera en quince años. Obviamente que no la interviene porque las cosas se encuentren en buen estado, sino por el contrario.
En el Forex hubo grandes movimientos, que favorecieron principalmente a la libra esterlina, que subió con fuerza, frente a todas las monedas. La cara contraria fue el yen, que cayó frente a una amplia canasta de divisas. El resto de las monedas europeas tuvo un buen desempeño, mientras que el dólar americano, sufrió grandes caídas frente a la mayoría de las monedas, a excepción del yen, contra quien logró finalizar por encima del nivel clave de 100,00. Todos los movimientos estuvieron en línea con la recuperación de los mercados y una menor aversión al riesgo que hizo que los inversores continúen saliendo de los que eran refugios e ingresen en activos más riesgosos. Otro de los efectos de este movimiento, es la caída en el precio del oro, que lo llevó a cerrar la semana por debajo de los 900 dólares la onza por primera vez desde enero. El petróleo por su parte, se afianza por encima de los cincuenta dólares. Si bien durante la semana llegó a cotizar por debajo de dicho nivel, se recuperó con fuerza y va camino a marcar nuevos máximos para el 2.009.
Algunos pueden y otros no
¿Por que mientras un grupo de países opta por bajar fuertemente las tasas de interés otros no lo hacen? La respuesta no es tan compleja: unos pueden darse el lujo de bajarlas fuerte y rápido y otros no lo pueden hacer; y hasta quizás las tengan que subir.La cuestión es que aquellos países que tienen un sistema económico fuerte, con moneda estable y gozan de confianza, pueden aplicar políticas monetarias que impliquen bajar sus tasas de interés de referencia para impulsar la economía. ¿Por qué otros países no lo pueden hacer? Aquellos que no tienen una moneda estable y que no gozan de una gran confianza externa, no pueden aplicar una baja en las tasas ya que suelen depender de flujos de capitales extranjeros y una baja de tasas puede iniciar una salida de estos fondos, presionando sobre la moneda local y generando grandes devaluaciones. Si bien, la caída en el valor de la moneda puede ser útil para que el país logre ciertas ventajas competitivas, cuando las devaluaciones son muy grandes, suelen desestabilizar el sistema económico, generan fuertes presiones inflacionarias y terminan perjudicando a la economía; consiguiendo el resultado contrario al que se buscaba con la baja de tasas. En el caso extremo encontramos países que suben su tasa de interés en contextos de grave crisis. Recurren a esta medida para frenar la salida de capitales, ofreciendo rendimientos mayores para incentivar la entrada o permanencia de capitales; quitando así presiones sobre el tipo de cambio local; aquí estamos hablando de grandes presiones que podrían llegar a ocasionar devaluaciones perjudiciales.
En conclusión, aquellos países que pueden bajar sus tasas lo hacen, pero no todos los que quieren pueden.