Riesgos Crecientes
Incluso un breve repaso a los últimos titulares revelará que la incertidumbre mundial ha aumentado desde entonces. Hemos visto cómo las cifras de inflación en EE.UU. suben aún más y los datos del mercado laboral son contradictorios, lo que podría sugerir que la recuperación no es tan sólida como se pensaba. También hemos visto cómo se disparan los casos de coronavirus con la nueva variante delta, a pesar de que el número de vacunas ha aumentado, y los disturbios civiles en todos los continentes mientras las poblaciones protestan por las restricciones de la pandemia. Hemos tenido catástrofes tanto naturales como provocadas por el hombre: incendios, inundaciones e incluso un incendio submarino en la costa de México. Por si fuera poco, estamos asistiendo a una escalada de tensiones con China, ya que tanto Estados Unidos como el Reino Unido han acusado a actores estatales chinos de estar detrás del hackeo de Microsoft.
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Renta Variable Estadounidense
Si observamos la renta variable estadounidense, vemos que todos los principales índices se han alejado de sus máximos, pero no lo suficiente como para señalar un cambio de tendencia todavía. El viernes 16 de julio, el S&P 500 se vendió hasta la media móvil de 20 días. El lunes, el índice cayó aún más hasta tocar la media móvil de 50 días. La clase de activos en su conjunto lleva un tiempo pareciendo de lo más alto, mientras sigue subiendo; sin embargo, cuando se filtran los grandes nombres tecnológicos, el panorama es bastante diferente.
Los valores de pequeña capitalización se han visto especialmente afectados por las recientes ventas, y el índice Russell 2000 se ha alejado más de un 8% de sus máximos desde el viernes; el lunes llegó a cotizar a un 10,6% de sus máximos. Si comparamos el Russell 2000 y el S&P 500, ponderado por igual, con el S&P 500 y el NASDAQ100, ponderados por capitalización, queda claro que la enorme influencia de un puñado de grandes empresas tecnológicas ha mantenido los mercados estadounidenses en sus máximos. Aunque el mercado en su conjunto está todavía lejos de la zona de corrección, hay dos historias diferentes dependiendo de los gráficos que se miren.
En la actualidad, los gráficos diarios del S&P 500 y del NASDAQ no sugieren nada más preocupante que una reversión de la media; aún no han establecido un mínimo diario. Por su parte, el S&P 500 y el Russell 2000, con la misma ponderación, parecen estar mucho más cerca de la reversión. También parecen completamente diferentes a la tendencia alcista constante descrita por el S&P y el Nasdaq ponderados por capitalización.
Los índices, sin la influencia de los valores de crecimiento (o con esa influencia suavizada), parecen estar en una gran formación superior que se remonta a febrero. El viernes, el Russell 2000 estaba a un 1,5% de marcar un mínimo diario por primera vez desde marzo de este año. Teniendo en cuenta la acción del precio del lunes, ahora está tocando un nivel de soporte que ya se ha mantenido tres veces: dos en marzo y una en mayo. Los gráficos que aparecen a continuación se parecen mucho a un rally que se agotó hace mucho tiempo y que está esperando a retroceder.
Desglose por sectores
Si nos centramos en sectores específicos, vemos que las áreas de la economía que mejor se comportaron durante la operación de reflación están sufriendo las mayores caídas. La energía y los metales y la minería lideran actualmente las ventas, ya que ambos han caído casi un 18% desde sus máximos de junio. Les siguen los materiales básicos y el sector aeroespacial y de defensa, que han bajado un 12% y un 10%, respectivamente. El lunes fue un día especialmente duro para las aerolíneas y los operadores de cruceros, ya que se teme que la espiral de casos de la variante delta provoque nuevos cierres y que la actividad habitual quede fuera de juego durante un tiempo más. El sector financiero también bajó en la jornada, cerrando en torno a un 9% a la baja, ya que los recientes comentarios dovish de Jerome Powell fueron digeridos por los mercados, y se sigue aplazando la posibilidad de una subida de tipos.
DXY y oro
A pesar de que el sentimiento parece haber dado un giro para peor, el dólar y el oro aún no han tomado una dirección definida. El DXY ha alcanzado recientemente máximos vistos por última vez en abril de este año, pero incluso esto sigue siendo un máximo inferior en relación con el máximo de marzo, y en lecturas del RSI en constante disminución. Esto también indica que el movimiento corre el riesgo de agotarse. Lo mismo puede decirse del oro, a pesar de que el gráfico a largo plazo parece mucho más saludable que el del DXY. Sin embargo, por el momento, los alcistas del oro aún no han demostrado nada, ya que el metal amarillo cotiza actualmente a más de un 5% de sus máximos de junio. Parece que se está produciendo un escenario de reducción del riesgo, pero todavía no se han identificado los activos más seguros, ya que hay muchas cosas en el aire.
Reflexiones finales
Como en todos los mercados, siempre hay operadores al margen, que buscan entrar a un mejor precio. Si la venta de acciones resulta ser algo más que un parpadeo en una tendencia alcista (especialmente para las grandes empresas tecnológicas), será importante tener una estrategia para los activos sobrevendidos. El oro es uno de los que hay que tener en cuenta, al igual que otras materias primas que han sufrido fuertes pérdidas recientemente. Las criptomonedas también son un mercado al que hay que prestar atención, dado que ya han perdido la mayor parte de las ganancias obtenidas este año. Con las violentas oscilaciones de un régimen a otro debido a los altos niveles de incertidumbre global, es probable que estos activos se sobrecorrijan en ambas direcciones, abriendo oportunidades a través de las condiciones de sobrecompra y sobreventa.