Vuelven los días negros

Nuevamente se vivieron días de temor generalizado, que generaron caídas importantes en los mercados de todo el mundo. Las bolsas sufrieron grandes golpes y si bien la caída semanal no fue grande, ratificó el momento vendedor que vive el mercado.  El jueves se vivió una jornada negativa y cargada de tensión, como hace meses no sucedía. 

A los problemas de Grecia, que no se resuelven y que tampoco se resolverán de un día para otro, ya que se trata de cuestiones fiscales y macroeconómicas,  se le suman los temores por la situación en Portugal y en España, generando presiones sobre el resto de Europa.  La política restrictiva que comenzó a aplicar China también colabora para este mal momento en lo mercados, puesto que afecta seriamente a las expectativas a futuro. Los datos económicos aún no convencen y la recuperación no alcanza  a tomar otro nivel y por el contrario, parece dirigirse a probar los soportes actuales.

Así como muchos inversores tienen dudas sobre el futuro, también muchos de los encargados de llevar adelante la política económica. La decisión del banco central de Australia de mantener sin cambios la tasa de interés, pausando el ciclo alcista fue un balde de agua fría para muchos. Generó un desplome en el Dólar Australiano que hace meses era una de las estrellas del mercado y ahora esta buscando un soporte. El momento ha cambiado claramente.

La caída en las acciones estuvo acompañada por un retroceso más que importante en las commodities que quebraron soportes clave y se tornaron claramente bajistas, al menos en el corto plazo. Lo contrario sucedió con los bonos de los gobiernos, que saltaron alcanzando máximos en por lo menos tres meses en Estados Unidos y en Japón.

La aversión al riesgo dispara al yen y a la volatilidad

En línea con lo vivido durante septiembre y marzo de 2009, cuando los temores hacían que la mayoría de las operaciones en los mercados financieros consistieran en vender activos de riesgo y comprar otros más seguros, el yen fue la moneda de mejor desempeño y se disparó a lo largo del mercado. La moneda japonesa ya cotiza en máximos en once meses frente a las divisas europeas. El dólar fue quien la acompaño en el podio y lo completó el franco suizo. Más allá de lo que suceda en cada país, la aversión al riesgo parece estar siendo el factor decisivo en los movimientos del mercado de divisas. ¿Vendrán las amenazas de las autoridades japonesas de una intervención para debilitar a la moneda? ¿El Banco Nacional de Suiza saldrá a escena? Sería algo no muy conveniente que ambos bancos centrales intervengan en el mercado ya que podría desatar una “guerra de intervenciones” (no entre estos dos necesariamente) ya que podría impulsar a otras autoridades monetarias a hacer lo mismo en el futuro y no parece ser algo bueno. El banco suizo parece haber dado muestras de no querer intervenir hace semanas cuando el cruce frente al euro (EUR/CHF) cayó por debajo de 1.50, umbral que otrora generaba el ingreso del banco central al mercado para debilitar al franco.

Otro elemento que esta regresando al mercado de divisas es la volatilidad. Los recorridos promedio de los distintos pares de divisas aumentaron significativamente esta semana y a su vez, las anteriores también reflejaron un crecimiento la volatilidad.

Jueves gris oscuro

El jueves de la pasada semana se vivió una jornada desastrosa en los mercados: fuerte caída en el precio de las acciones, volatilidad, generalización de las ventas y notorio cambio de expectativas en el mercado. Los sucesos del jueves hicieron que el importantísimo informe de desempleo del viernes en Estados Unidos dejará de tener la repercusión que suele tener. El mercado para el viernes ya había vivido demasiado.

Varios soportes técnicos importantes de los principales índices bursátiles fueron quebrados este día. El Dow Jones logró cerrar apenas por encima de los 10.000 puntos luego de haber caído por debajo durante la operatoria intradiaria. Esto generó un cambio en la perspectiva hacia las próximas sesiones, donde el mercado confirmó la tendencia bajista actual. Todo esto se produce en un escenario donde los viejos problemas aún no están superados del todo y se suman nuevos; generando grandes temores. Pocos dan mensajes catastróficos y extremadamente pesimistas, sin embargo una recaída global en la actividad podría generar gigantescos daños a al economía mundial; profundizada a su vez porque la capacidad de respuesta es acotada.

En definitiva, los grandes suceso del jueves, hicieron que la repercusión en el mercado de la publicación de las nóminas no agrícolas en Estados Unidos el viernes, fuera la menos relevante en mucho tiempo.

El reporte de empleo mostró un aumento mayor en la cantidad de empleos destruidos durante la recesión actual, todos los meses sufrieron una revisión (pequeña desde ya, pero real) hacia la baja. La esperanza vino por el dato de enero, que si bien no fue positivo, se mantiene cerca de la generación de empleo. La cantidad de horas trabajadas aumentó. Algunos analistas también marcan como positivo el hecho que la tasa de desempleo parece ya haber llegado a su máximo, basándose en que durante este mismo trimestre la economía tendría un número positivo de generación de empleos y que se mantendrá en dicha senda, de allí en más. Otro de los factores por los cuales muchos se muestran optimistas con los reportes futuros de empleo, es que durante el 2010 se llevará a cabo el censo en Estados Unidos e implicará la contratación de un número significativo de trabajadores que al menos por un momento, dejarán de ser desempleados y pasarán a formar parte de las nóminas no agrícolas.

Una baja en la tasa de desempleo se puede debe a dos cosas: una reducción en el número de personas que buscan empleo o que quienes buscaban un trabajo lo han encontrado. La disminución de enero, parece tener más que ver con la primera alternativa.

El pasado jueves el informe de ADP sobre empleos mostró que la economía ha disminuido sus trabajadores por vigésimo cuarto mes consecutivo; si bien sigue siendo menor, el número aún tiene el signo menos por delante.

Presupuesto 2011: de la Luna a la Tierra, con escalas

Barack Obama presentó el presupuesto para el año fiscal 2011 (octubre de 2010 a septiembre de 2011). El presupuesto es por 3.83 billones (trillones en EE.UU.), cifra récord e implica un déficit estimado en 1.25 billones. Es decir, que de cada 3 dólares que gaste el gobierno, uno será financiado con deuda. Si bien en las palabras el presidente y los funcionarios hablan de lo problemático que puede ser un elevado déficit fiscal, en el del año 2011, aún no se encuentra del todo acorde a sus dichos.

¿Por qué? La economía. El miedo mayor de los funcionarios es una caída en la actividad económica  y aún esto sigue siendo más importante que el déficit fiscal.
¿Por qué puede hacer esto Estados Unidos? Porque los costos de financiamiento, por lo menos en estos momentos, son bajos en comparación con otros países. Para tener en cuenta: en la última colocación de deuda de muy corto plazo, a un mes, el gobierno pago una tasa del 0%.

Igualmente se anunciaron medidas tendientes a achicar el gasto: se eliminaran recortes de impuestos creados durante la administración de Bush, supuestamente programas que no funcionan adecuadamente se eliminarán y se disminuyen las partidas a determinados organismos y programas (entre ellos un recorte a la NASA). Por otro lado, hay medidas tendientes a aumentar los ingresos como el impuesto a los bancos más grandes. Obama necesita también que finalice pronto la guerra en Irak y en Afganistán y asumir un rol menor en lo que respecta a EE.UU. como policía del mundo. El problema es que en el juego global de poderes, la crisis también ha afectado seriamente a Europa y parece poco probable que acepte un mayor protagonismo militar en el mundo. Quién si estaría en condiciones es China, algo que a Estados Unidos no le debe caer bien

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