La suma de todos los miedos

La semana que había comenzado con euforia, tras los anuncios de un super fondo de ayuda para quien lo necesite en la Eurozona, terminó con renovados temores y la pérdida de más confianza por parte del mercado. No hay anuncio o medida que logre frenar la caída en los mercados y del euro en particular,  ya que la desconfianza se ha generalizado. Las medidas propuestas, no ayudan a remover la incertidumbre actual.

¿Por qué cae tanto el Euro?

La crisis europea ya no se trata de un problema de deuda de Grecia sino de algo más generalizado y peor: una crisis de confianza. Más rumores sobre el futuro de la Eurozona, anuncios de ajuste fiscal en el medio de una tibia recuperación económica, son cuestiones que en lugar de traer certidumbre generan más temores en torno al futuro. Esto en su conjunto repercute negativamente sobre el euro y con mayor intensidad ya que los problemas son “made in Europa”.

Es increíble como se ha modificado la imagen sobre la unión monetaria: mientras que años atrás era la candidata a ser la moneda de reserva global y una creación extraordinaria, hoy, se habla de la posible disolución de la Eurozona y de que fue un desastre que varios países tan distintos usen la misma moneda. La realidad probablemente no sea ninguna de ambos extremos: así como los mercados tienen a sobre-reaccionar, periodistas, economistas, analistas y otros, también tienen a hacerlo.

La realidad muestra que el euro está perdiendo terreno y puede seguir haciéndolo y lo más grave es que se trata de cuestiones internas a Europa. La crisis de Grecia ha desatado temores de contagio y la Unión Europea y el banco central han anunciado medidas extraordinarias. El BCE comenzó a comprar deuda gubernamental, algo impensado y a lo cual Jean-Claude Trichet había anunciado que no haría. Esto es otro golpe para el euro, al menos en el corto plazo ya que se introducen más en el mercado, pero con el objetivo de mantener tasas bajos control y estimular a la economía, lo cual puede ser positivo en el largo plazo. Nunca se podrá saber si la situación hubiera llegado a ser tan crítica, si el BCE hubiera aplicado estas medidas cuando otros bancos centrales hicieron lo mismo (desde fines del 2008). 

Hay más factores que presionan a la baja al Euro:

- Los ajustes fiscales anunciados en Grecia, Portugal y España, si bien pueden llegar a reducir el déficit fiscal de ser exitosos, implican más impuestos a pagar en una época donde la economía no está del todo recuperada y puede ser un golpe muy fuerte, haciéndola caer nuevamente en recesión. Si esto es lo que pasa, las cuentas fiscales podrían empeorar aún más, afectando al euro.

- El diferencial de tasas de interés le juega en contra, ya que la perspectiva de suba de tasas por parte del BCE se ha modificado para mucho más adelante, lo cual implica que comenzarían a  subir luego de que otros bancos centrales lo hagan.

- El paquete de rescate anunciado no garantiza que se puede salvar a un país y ni siquiera que se prestará el dinero. Es un acuerdo de intención y no de obligación. Llegado el momento deberá analizarse. Desde el punto de vista del mercado, si un país solicita ayuda, implicaría que la situación ha empeorado considerablemente, lo cual no puede ser bueno para el euro.

En Europa la palabra reestructuración de deuda, suena terrible y se tiene a creer que un día de estos será el último. La experiencia de muchos países de América Latina demuestra lo contrario: por más crisis que haya, siempre estará mañana para levantarse. Muchos han sido los casos de reestructuración de deuda que han ayudado a países a aliviar su situación en el corto plazo y permiten aplicar medidas de largo plazo. Esto puede ser lo que haga Grecia o tal vez medidas más extremas, sin que ello signifique el fin de la Eurozona, pues Grecia no es Alemania.

Está claro que Grecia debe tomar medidas contundentes y no solamente con respecto a su déficit fiscal y lo mismo se aplica al resto de Europa. Cuando comenzó la crisis advertimos que iba a ser un gran desafío para la Unión, lo está siendo. Para asegurar una Unión por varias décadas más, necesitará crear un mecanismo que garantice la flexibilidad necesaria en tiempos de crisis y exigir con dureza en tiempos de bonanza.

Nuevamente la aversión al riesgo impulsó al Yen y al Dólar

En el mercado de divisas la aversión al riesgo, disparó nuevamente al yen y al dólar, que fueron las monedas de mejor desempeño. En el otro extremo, estuvo el euro, que fue la de peor rendimiento y una de las pocas en quebrar los mínimos de la semana del 6 de mayo frente al dólar (EURUSD) y se aproxima a los mínimos del 2008, soporte que parece estar próximo a quebrarse.

El dólar de Canadá, si bien volvió a perder terreno frente al estadounidense, se mantiene muy lejos de los niveles alcanzados el 6 de mayo y ha recuperado lugar en el mercado. El loonie ha marcado máximos en décadas frente a la libra (GBPCAD) y frente al dólar australino (AUDCAD) quebró un importante nivel, lo que podría ser el comienzo de una mayor apreciación.

En otro lado contrario, encontramos al franco suizo, que parece estar siendo arrastrado por el euro y pese a al aversión al riesgo no logró apreciarse y perdió frente a las principales divisas, con la única excepción de la moneda común europea.
La libra perdió el momento que había ganado tras la renuncia de Brown y la asunción de Cameron. Esto último implica que Gran Bretaña seguirá fuera de la zona del euro, según las preferencias del nuevo primer ministro.

Las monedas ligadas a commodities tuvieron un dispar comportamiento pero cayeron frente al dólar y el yen, y continúan alejándose de los máximos del año pero marcando máximos récord y en años frente al euro. Para poner un ejemplo, el euro ha marcado nuevos mínimos históricos frente al Aussie (EURAUD) y lleva 16 meses seguidos con caídas consecutivas.

La alegría duro poco

Las acciones se dispararon el lunes tras el anuncio del Mecanismo Europeo de Estabilización que pone a disposición casi 750.000 millones de euros para las economías de la Eurozona. La euforia duró muy poco ya que la realidad es que la economía global y sobre todo la europea, están sufriendo la amenaza más importante desde que comenzó la recuperación.

¿Podrán los mercados lejanos a Europa, desacoplarse de esta crisis? Si bien los impactos se sienten en todos los mercados de activos financieros y en todos los rincones del mundo, el desafío de los mercados emergentes y de otros desarrollados alejados a Europa, es ver si pueden desacoplarse de la caída en Europa. Esto no implica necesariamente que sigan una dirección contraria y suban, sino que pueden tener una caída mucho más moderada.

Los anuncios de ajuste en Europa generaron más temores, ya que con una economía saliendo de una gran recesión, bajar el gasto y subir los impuestos, no suena a buena idea. El mercado así también lo está entendiendo por más que implique una intención de actuar con una mayor responsabilidad fiscal. La experiencia latina marca que un ajuste, es eso, un ajuste que muy probablemente afecte negativamente al crecimiento del PBI y lo que realmente funciona son las transformaciones de fondo acompañadas por un fortalecimiento en las instituciones.

Un dato paradójico se dio en la semana: mientas que el banco central de Brasil anunció que reduciría su gasto público para frenar las presiones inflacionarias, en Europa lo hacen para reducir el gigantesco déficit.

Datos económicos siguen en otro plano

Los acontecimientos en Europa y los sentimientos relacionados con dicha situación dejan un poco de lado a los datos económicos que se van conociendo y que la pasada semana fueron nuevamente buenos. Entre ellos las exportaciones en Alemania siguieron creciendo, hubo buenas señales del sector inmobiliario y de manufactura en Gran Bretaña junto con una caída en los pedidos de desempleo. En Europa, las estimaciones del PBI del primer trimestre indican que hubo crecimiento, ya en términos anuales. En Estados Unidos, los datos de comercio exterior, ventas minoristas y producción industrial, fueron positivos marcando un aumento en las exportaciones e importaciones. El único lado negativo es el regreso de un viejo problema: el déficit comercial.


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