La siguiente nación en la cruz de deuda soberana de la Eurozona es Italia. Se expresan dudas si Italia será capaz de pagar sus deudas por lo que el rendimiento de los bonos italianos está aumentando, y el incumplimiento sea más probable. Deténgame, si usted ha escuchado esto antes. Es, por supuesto, la del mismo prologo que marcó la apertura de las cepas de la crisis de la deuda griega, la crisis de la deuda de Irlanda y, más recientemente, la crisis de la deuda portuguesa. Los analistas se han referido a este relevo de dificultades financieras como "contagio", pero lo único que se transmite es la codicia.
La deuda soberana es un hecho de la vida moderna en todas las economías democráticas, desarrolladas e incluso China comunista no está exenta de ella, por lo menos a nivel regional. En pocas palabras, los gobiernos han adoptado la filosofía del consumismo desenfrenado de no ahora. Al igual que una adolescente que quiere la última ropa, Hi-Fi, las vacaciones en la playa y todos los aparatos electrónicos que la industria puede pensar, los gobiernos del mundo han estado "haciéndose de plastico" por un tiempo muy largo. Considerando que el consumidor rebelde tiene que enfrentarse a la hora de la verdad, porque él es personalmente responsable de la deuda, los gobiernos van y vienen y no hay ningún individuo que tiene que rendir cuentas. A diferencia del consumidor al que finalmente se le negara un crédito cuando este claro que está endeudado más arriba de su cabeza, los gobiernos siempre están aptos para una nueva vuelta de crédito y sus bonos son siempre bien suscriptos.
Los países más endeudados del mundo son Japón y EE.UU., pero su costo de intereses se ha mantenido bajo. Italia ha visto sus intereses de endeudamiento crecer a un 5,6% en sus bonos a diez años, del 4,85% a sólo un par de semanas atrás. El nerviosismo envía al Euro abajo frente a otras monedas importantes, pero se recuperará cuando se anuncien nuevos movimientos para apoyar a Grecia-, o si un nuevo FMI / EU plan de rescate se acuerda para Italia. El patrón es claro a partir de lo visto en los capítulos anteriores en la historia de la deuda soberana y es poco probable que la historia haya terminado.