La tercera mayor economía del mundo ha vuelto a crecer con una mejora relativamente saludable del 1% de la producción económica en el 1er trimestre de 2012. Japón se encuentra todavía en la fase de recuperación tras el devastador terremoto y el tsunami de marzo de 2011. El impulso económico se ha debido en gran parte a las medidas de estímulo del gobierno diseñadas para estimular la regeneración de la infraestructura devastada en las zonas más afectadas por el desastre natural.
El gasto del consumidor en Japón también se elevó, lo que ha ayudado a la cifra del PIB anualizado situarse en el 4,1%, considerablemente más fuerte que el crecimiento publicado por los socios comerciales de Japón en América del Norte y en Europa. La actividad económica se está desacelerando en China, los EE.UU. y Europa, y esto, junto con un yen fuerte históricamente, tendrá definitivamente efectos sobre las actividades de exportación de Japón en el futuro. El Yen está situado en un 20% por debajo de lo que el ex primer ministro, Naoto Kan, identificó como deseable desde la perspectiva de Japón. El dólar se negociaba por encima de la marca de 120 yenes en el año 2007 antes del inicio de la crisis financiera mundial.
El esfuerzo de reconstrucción tras el tsunami supone una inversión enorme y, en efecto, actúa como un estímulo a la economía. El primer ministro japonés, Yoshihiko Noda, ya ha prometido más de 20 billones de yenes (alrededor de $ 249 millones de dólares) para la reconstrucción de la zona afectada. En parte, esto significa que las cifras de crecimiento no reflejan realmente las perspectivas de la economía que depende fuertemente de las exportaciones al resto del mundo. El otro factor es que las cifras de expansión son un precedente y no una medida absoluta de la actividad económica.
Japón dependía de la energía nuclear para alrededor de un tercio de su producción de electricidad. Como consecuencia del accidente de la central nuclear de Fukushima en el período inmediatamente posterior al tsunami, toda la producción nuclear de Japón está en espera de que las pruebas sean completadas y se otorgue el permiso de reiniciar las actividades. El ánimo político no está aún maduro para que la energía nuclear sea reiniciada, por lo que Japón tiene que aumentar las importaciones de combustibles para cubrir el déficit. Este movimiento ha sido responsable de un raro equilibrio de la balanza comercial en Japón pues las importaciones suben y las exportaciones caen, alentadas por un yen fuerte y la disminución de la demanda mundial.