Los males de España provienen de la explosión de una burbuja inmobiliaria durante la crisis financiera mundial que dejó a los bancos con enormes deudas incobrables, las propiedades que valían una fracción del precio de los libros; proyectos de construcción estancados y la contracción del sector vivienda. España contaba con un presupuesto equilibrado -sin déficit- antes de la crisis financiera global, pero los españoles se aprovecharon de los préstamos baratos, que se pusieron a disposición cuando España entró al euro. El resultado de esto fue que entre 2004 y 2008 los precios inmobiliarios se dispararon un 44%. Entre las secuelas de la burbuja que estalló, los precios se desplomaron en un 25%, generando incontables deudas impagables.
España tiene de lejos la peor situación de desempleo en la UE, con casi un cuarto de la mano de obra parada. Esto ha hecho que España ha tenido que pedir prestado para cubrir los gastos de seguridad social en un contexto de caída de los ingresos fiscales. Esto deja al país muy expuesto a los cambios en el rendimiento de sus bonos, una situación peligrosa cuando los mercados están anticipando que la quinta economía más grande de Europa podría ser el cuarto país que requiere un plan de rescate: una proposición rechazada enérgicamente por el gobierno, por supuesto.
El fin de semana, Bankia tenía que pedir el estado de € 19 billones. El banco se formó mediante la fusión de los bancos en dificultades y ha visto caer su valor de acciones en un tercio de esta semana, pero tuvo problemas de nuevo con una pérdida del 17%. La prima de los bonos españoles a 10 años, en comparación con sus homólogos alemanes, se ubica actualmente en un récord de 5,05%.
Con la incertidumbre sobre el futuro de Grecia en el euro, los líderes tienen que hacer un movimiento claro y sin ambigüedades para apoyar a los costos razonables de endeudamiento en el nivel de los estados en Europa. Esto se puede lograr haciendo de los Eurobonos una realidad que sería un vehículo de calidad y bajo rendimiento, pero Alemania se opone a tal medida. Por otra parte, podía ser necesario que el BCE interceda en los mercados de bonos soberanos para asegurar que la demanda sea lo suficientemente alta como para moderar los rendimientos. Sin embargo, hasta que la incertidumbre acerca de la situación griega se haya resuelto, cualquier iniciativa probablemente será ineficaz.