La semana pasada vimos a los mercados financieros reaccionar ante un cambio de liderazgo en Francia y el reinado de la entropía política en Grecia. Ninguno de estos acontecimientos es un buen augurio para los campeones de la austeridad y menos es la cura para para el “blues” del déficit.
En Europa, en el transcurso de la semana el Dow bajó un 1,4%, cerrando en 5.575,5; el Dax terminó la semana en 6.579,5, recuperándose en un 0,28% durante la semana, el CAC bajó un 1% al finalizar la sesión en 3129.8.
El Dow Jones terminó la semana en baja al ritmo de 1,7% a 12.820,6. El índice compuesto Nasdaq terminó la semana en 2.933,8 cayendo un 0,76% en el transcurso de la semana.
El Nikkei cayó con fuerza en el transcurso de la negociación de la semana, bajando un 4,6% para terminar la sesión de negociación en 8.953,3.
En los mercados de divisas, la semana pasada el yen volvió a ver lo mejor de la negociación. El dólar era más fuerte contra la libra esterlina, y cerró en 1,61135 contra la libra. El dólar también fue más fuerte que el euro, aumentando un 1,4% para cerrar en 1,2944. El dólar perdió terreno contra la moneda japonesa, cerró en 79.9444 contra el yen, una caída del 0,41% en la semana.
El Euro se debilitó frente al yen terminando en 103,48, una caída del 1,8% en el transcurso de la semana. El euro fue más débil contra la libra esterlina en el transcurso de la semana, cayendo un 1,1%; al cierre se cotizó en 1,24487.
En el mercado de materias primas, el precio del crudo Brent cerró a la baja, cerrando en $ 112,3 por barril (para entrega en junio), una caída del 0,81% en el transcurso de la negociación de la semana. El valor del oro también fue menor la semana pasada, cerrando en 1.583 dólares por onza, lo que representa una caída del 3,7% sobre el valor de la semana pasada.