La Organización Internacional del Trabajo es un organismo especializado de las Naciones Unidas y tiene su sede en Ginebra, Suiza. En un informe reciente: Crisis de Empleo en la Eurozona, Tendencias y Respuestas Políticas, el organismo entró en el debate político acerca de los recortes de austeridad en la UE. El punto principal del informe es que los riesgos de la UE de perder otros 4,5 millones de puestos de trabajo (una cuarta parte del total de desempleados actual) durante los próximos cuatro años no ha cambiado si las políticas fiscales actuales no se modifican.
El detonante de las medidas de austeridad actuales no es realmente una conciencia política recién adquirida que ha decidido que es moralmente incorrecto dejar a nuestros descendientes con grandes deudas. Más bien se trata de las agencias de calificación que han rebajado la calificación crediticia de los países más endeudados, aumentando sus costos de endeudamiento y planteando la posibilidad de impago soberano. Para calmar los inversores, los gobiernos deben hacer frente a sus montañas de deuda a fin de mantener los costos de endeudamiento dentro de los niveles "razonables". Hay sólo dos maneras en que esto se puede lograr, en primer lugar, mediante el aumento de los ingresos del Tesoro Público por el aumento de los impuestos (o por la estimulación del crecimiento de tal manera que más impuestos se reciban), o mediante la reducción de gastos.
Los alemanes, británicos, españoles, irlandeses y portugueses - por nombrar unos pocos - se han embarcado en medidas de austeridad que están diseñadas para reducir el gasto público, aumentar los impuestos y así reducir el déficit público a niveles más manejables. Sin embargo, estas medidas son impopulares entre los votantes que llevaban el peso de ellos. Francia estaba detrás de este movimiento también, pero la nueva administración se opone a las medidas de austeridad adicionales y quiere estimular su camino hacia el crecimiento. En Grecia, también, la gente ha tenido suficiente de austeridad.
El informe de la OIT impulsará el debate que dice que la austeridad provoca demasiado desempleo y dificultades sociales para ser una solución aceptable. Mientras que un retorno a la idea de poner todo "en la pizarra", no se puede permitir, parece que las medidas de reducción del déficit deben ser moderadas de tal manera que se pueda lograr el objetivo sin poner a millones de personas en dificultades. Se pide un curso más racional de la conducta de la comunidad financiera y la inversión. La situación de los enormes déficits públicos y la deuda pública espantosamente grande no se produjo durante la noche. Es evidente que el problema no tendrá una solución inmediata, lo que se pide es la reducción de la deuda sostenible con estrategias para restaurar la confianza y estimular el crecimiento económico.