Si el Presidente del Banco de la Reserva Federal, Ben Bernanke, ganara un centavo por cada declaración que hace y por la publicación de la frase que acuñó hace tiempo, el famoso término “acantilado fiscal”, ya sería millonario. Por supuesto, dado el valor depreciado del dólar americano, hoy su fortuna no valdría tanto como hasta hace algún tiempo. Sea como fuere, el acantilado fiscal en Estados Unidos es inminente y dentro de pocos días el gobierno estará realmente al borde del precipicio.
Conforme se acerca el último día del año, normalmente vemos a los miembros del Congreso Americano en sus respectivas ciudades pasando las fiestas con su familia y amigos. Este año en cambio, se encuentran todos en estado de alerta al igual que el presidente Obama, quien acortó sus vacaciones en Hawái, con la esperanza de que un acuerdo pueda ser alcanzado y la crisis evitada.
¿Qué significa el acantilado fiscal?
Si el gobierno de Estados Unidos no logra detener el inminente acantilado, varias cosas malas sucederán de manera automática. En primer lugar, el vencimiento de ciertas exenciones de impuestos federales significarán un aumento de impuestos equivalente a $ 536 billones de dólares que entrará en vigor para casi todos los contribuyentes estadounidenses; una encuesta bipartidista estima que los impuestos podrían aumentar en hasta $ 2.400 para las familias que ganan entre $ 50.000 y $ 75.000.
En segundo lugar, otros $ 110 billones en recortes del gasto afectará diversos programas del gobierno federal, más específicamente los militares, con el Pentágono viendo su presupuesto anual reducido en alrededor de un 9%. Sólo unos pocos programas gubernamentales, como los beneficios del Seguro Social y los programas para los veteranos y los pobres, estarán exentos de los recortes de gastos. El Gobierno, como resultado, se vería obligado a reducir de manera significativa los contratos del gobierno y podría despedir a miles de trabajadores estatales; una estimación realizada por la Oficina de Presupuesto del Congreso sugiere que con el tiempo unos 3,4 millones de puestos de trabajo (tanto gubernamentales como del sector privado) se perderán en total.
Los analistas y economistas predicen que una caída hacia el precipicio fiscal y el "doble golpe" que este producirá llevaría a la economía de los Estados Unidos a la recesión, con el consecuente aumento en la ya demasiado alta tasa de desempleo y la turbulencia en los mercados financieros. Al cierre de la sesión de la semana pasada, los precios globales de renta variable cayeron, y Wall Street registró su tercera caída consecutiva. Pero los mercados europeos de renta variable estuvieron cautelosamente alcistas en los últimos días, con la esperanza de se produzca un milagro.
¿Se producirá? ¿O es todo pesimismo? A la economía de los Estados Unidos le tomará algún tiempo reaccionar a los aumentos de impuestos y recortes de gastos, pero los mercados financieros han venido cotizando considerando la posibilidad de un aterrizaje de emergencia, por lo que podría no ser tan malo como algunos predicen. Incluso con la aplicación automática de los recortes de gastos y aumentos de impuestos el 1 de enero de 2013, mientras la oficina ejecutiva y la legislatura estén trabajando para lograr una resolución aún hay esperanza. Si un acuerdo se alcanzara, estas medidas activadas automáticamente podrían derogarse con efecto retroactivo.
¿Habrá acuerdo?
La pregunta es, por supuesto, ¿se podrá alcanzar un acuerdo? Todavía hay algunos puntos de fricción muy importantes, especialmente en lo referente a las tasas de impuestos para los contribuyentes ricos (los demócratas quieren elevar los impuestos para los ricos y los republicanos dicen que de ninguna manera) y los más profundos y permanentes recortes de gastos que una parte quiere (republicanos) y el otro no (demócratas). ¿Cómo el gobierno federal controlará su deuda abrumadora es también un obstáculo importante: a los republicanos les gustaría reducir la tasa de crecimiento de ciertos programas de bienestar social con el fin de reducir la deuda, a lo que se oponen rotundamente los demócratas. La clase media parece tener por lo menos el apoyo tanto de los demócratas como de los republicanos, que los quieren proteger de la subida de impuestos adicionales, pero finalmente, sin acuerdo, la clase media podría ser quien lleve la parte más dolorosa.
A pesar de lo que los optimistas dicen sobre el acantilado fiscal, la situación no se ve bien para un gran número de estadounidenses, al menos no en el corto plazo. Esta sesión del Congreso de Estados Unidos estará vigente por sólo unos pocos días más y, después de eso, una gran cantidad de recién juramentados senadores y congresistas heredarán el lío y esto podría demorar el tiempo que tome alcanzar un acuerdo. Mientras tanto, la economía recibirá un doble golpe y el cronómetro comienza su cuenta atrás hacia una recesión.