El papel de las agencias de calificación consiste en hacer una evaluación honesta del valor de los vehículos de deuda (por ejemplo, bonos), de tal manera que los inversionistas puedan tomar una decisión informada acerca de la conveniencia de respaldarlos. Las agencias de calificación obtienen una comisión por parte del emisor de bonos por la prestación de este servicio - inevitablemente, esto abre la puerta a la sospecha de que las agencias de calificación tengan un interés personal en el éxito de tales cuestiones.
La génesis de la crisis financiera mundial fue una pérdida de confianza que fue provocada por la debacle de las hipotecas sub-prime. Hipotecas de alto riesgo fueron agrupadas y vendidas a los inversores como grado de seguridad AAA (el máximo) para la inversión - la idea de que cualquier hipoteca individual impaga sea ponderada con el resto del paquete llegó a la madurez. Esto tiene toda la sabiduría de emprender un viaje por mar con una flotilla de barcos con fugas y rezar para que no encontrar una tormenta. Siempre es fácil ser sabio después del evento, pero muchos analistas han caracterizado a estas inversiones como "de alto riesgo", que es la antítesis de los valores con grado de inversión alto.
El gobierno de los Estados Unidos tiene la intención de iniciar una demanda civil en contra de la agencia de calificación líder Standard & Poor’s, que se centrará en la calificación otorgada a estas inversiones (también conocidas como CDOs u obligaciones de deuda colateralizada). S&P argumentará que el caso carece de fundamento y que las calificaciones que presta están protegidas por la Primera Enmienda de la Constitución de los Estados Unidos.
En un comunicado emitido el lunes, la agencia de riesgo crediticio afirmó: "todos los CDO que ha citado también recibieron la misma calificación de otras agencias calificadoras. El Departamento de Justicia comete un error al afirmar que las calificaciones de S&P fueron motivadas por consideraciones comerciales y no fueron emitidas de buena fe”.
S&P "lamenta profundamente" que las calificaciones CDO no previeron las condiciones en el mercado hipotecario cuando estalló la crisis financiera. Recalca que se han gastado US$ 400 millones para mejorar la calidad de sus calificaciones desde que estallara la crisis – lo cual se asemeja peligrosamente a una admisión de fracaso.
La noticia de la demanda hizo que la empresa matriz de S&P’, McGraw Hill, bajara su valor en un 14%, mientras que su principal rival, la agencia Moody's, recibió un impacto del 10%. Es probable que algunos Estados se unan a la demanda del gobierno.