Japón, el gigante asiático, acaba de anunciar que su política de estímulos no sufrirá alteraciones en el corto plazo. En este artículo intentamos explicar qué son exactamente las medidas de estímulo de los bancos centrales haciendo hincapié en la decisión del BOJ.
Los inversores en acciones se han vuelto algo adictos a las medidas de estímulo de los bancos centrales. Los bancos centrales han inyectado grandes sumas de dinero en sus respectivas economías, en un intento colectivo para mejorar la liquidez en el sector financiero -que los bancos presten dinero a las empresas para impulsar la actividad económica-. Los bancos centrales tienen el pulso económico latiendo de nuevo, pero el paciente permanece en cuidados intensivos con el constante riesgo de una recaída.
Los bancos centrales han inyectado dinero mediante la compra de activos, tales como bonos del gobierno. La idea es que las comisiones financieras cobradas por esas compras aumenten la liquidez y las propias compras frecuentes por sí mismas redunden en el intercambio de bonos a corto plazo por bonos de más largo plazo, reduciendo su rendimiento y por lo tanto haciendo que el costo a largo plazo de los préstamos sea más barato.
Los mercados han mejorado desde el inicio del año, pero presentan un consistente repliegue cada vez que los analistas sugieren que un banco central podría estar planeando desacelerar de sus medidas de estímulo. El último banco en realizar un anuncio fue el Banco de Japón, que se ha negado a intervenir en las circunstancias actuales, descartando una intervención a menos costos endeudamiento lleguen a un pico. La decisión generó un descenso en todos los principales mercados del martes. Contra toda lógica, los mercados de valores a la baja tienden a impulsar el valor del yen frente a otras monedas importantes, pero por el momento los mercados de divisas y valores están experimentando una volatilidad considerable.
El desempeño de Japón en el primer trimestre se corrigió al alza desde 0,9 a 1% de crecimiento. El Banco de Japón espera que la economía "vuelva a una senda de recuperación moderada", que explica por qué se considera que no se requiere actualmente más intervención. Los bancos centrales deben tener cuidado con sus medidas de estímulo por temor a desatar una inflación significativa en las economías mundiales.