De forma similar al empleo, la producción industrial es un indicador rezagado de la recuperación económica. Los fabricantes quieren tener la confianza de que la demanda está asegurada para su producción y la casi certeza de que sus productos no se quedarán en las estanterías. Esto significa que la producción aumenta en respuesta a la demanda –por ejemplo, mayor confianza del consumidor.
La producción industrial en Estados Unidos experimentó una inesperada caída en mayo, pero se ha recuperado en junio. El índice del Instituto de Gerencia y Abastecimiento sobre el sector manufacturero se recuperó desde el 49 de mayo hasta situarse en 50,9 mes pasado -un valor por encima de 50 indica crecimiento-. Los nuevos pedidos aumentaron de 48,8 a 51,9.
Sin embargo, en Europa la industria aún no ha vuelto al nivel de crecimiento en la Zona Euro en su conjunto, pero al menos la velocidad a la que había venido contrayendo ha disminuido. El último Índice de Gerentes de Compras subió a 48,8, que es la mejor cifra de la Zona Euro en 16 meses. La cifra española de junio fue la mejor en dos años y se situó en 50, frente a 48,1 de mayo.
El desempleo en la Eurozona alcanzó el 12,1% de la fuerza laboral en mayo; el peor nivel de desempleo en la historia del bloque.
El sector manufacturero del Reino Unido volvió a la cifra de 52,1 en el PMI en junio, su mejor nivel desde hace dos años. La confianza de las empresas en el Reino Unido se sitúa en un máximo de seis años según la más reciente encuesta trimestral (junio), realizada por la Cámara de Comercio Británica (BCC). BCC ha sugerido que la economía del Reino Unido podría crecer más de lo esperado (lo que sería un gran reto) y espera que la cifra del PIB del tercer trimestre se sitúe en 0,6%. En predicciones anteriores, BCC había sugerido que el crecimiento para todo el año llegaría en un 0,9% por lo que su predicción del tercer trimestre representa un fuerte aumento.