La crisis de la deuda soberana europea parece ser un regalo eterno. Chipre se convirtió en el miembro más reciente de la Zona Euro en necesitar un rescate financiero con el fin de ser capaz de seguir cumpliendo sus obligaciones, pero las dudas persisten sobre Eslovenia, Italia y, por supuesto, España a pesar de los esfuerzos de los gobiernos respectivos.
La incertidumbre acerca de la legalidad de algunas medidas de austeridad en Portugal y la propia dirección de las políticas de austeridad ha encendido una crisis política que podría derrocar al gobierno, aunque parece haberse calmado recientemente. El problema fue suficiente para causar que el euro se deslice, los mercados caigan y el rendimiento de los bonos de gobierno en España e Italia suba.
La última perla viene de la agencia de calificación Standard and Poor’s, que ha decidido rebajar su evaluación de la calificación crediticia soberana de Italia de BBB + a BBB. Los bonos italianos siguen teniendo grado de inversión pero, a los ojos de S&P, se han convertido en una apuesta más arriesgada, por lo que los rendimientos tienden a aumentar. S&P justifica la rebaja en la continua debilidad de la economía italiana, que es la tercera más grande de la Zona Euro. La compañía es crítica a la falta de reformas económicas en Italia señalando que "en nuestra opinión, el bajo crecimiento se debe en gran parte a la rigidez de los mercados de trabajo”. Según S&P, la economía italiana se contraerá un 1,9% en 2013, lo que marca un fuerte deterioro frente a las proyecciones anteriores.
El desempleo en Italia se sitúa actualmente en el 12% de la fuerza de trabajo y la acción política audaz se ve obstaculizada por el hecho de que las elecciones de este año mostraron indecisión.