Occidente ha sido cauteloso sobre involucrarse en la guerra civil que asola a Siria debido a que el público se ha vuelto hostil ante la idea de la intervención en conflictos que no amenazan directamente a los intereses occidentales y porque no se vislumbra ninguna estrategia de salida clara. Por otra parte, los rebeldes no son un sistema unificado, y las facciones dentro del grupo se identificaron como hostiles a los intereses occidentales. Sin embargo, la doctrina occidental siempre ha tenido una línea definida cuando se trata de la utilización de armas de destrucción masiva, en particular contra la población civil. Parece fuera de toda duda que armas químicas o biológicas se han utilizado esta vez causando cientos de muertes.
Las potencias occidentales están bastante convencidas de que el régimen de Assad es el responsable de esta atrocidad, pero el gobierno de Assad lo niega. Es plausible que las facciones dentro del grupo rebelde podrían haber utilizado este tipo de armas contra la población civil como medio para provocar una respuesta militar occidental contra el régimen, pero no hay evidencia para apoyar esta hipótesis aún. Rusia y China son los dos aliados de Siria y la han defendido a gritos contra una respuesta militar.
La situación geopolítica está poniendo nerviosos a los inversores y ha causado una caída en los mercados asiáticos, con el Nikkei, Hang Seng y el ASX 200 de Australia con bajas de poco más de un 1%. Los mercados europeos han abierto a la baja, pero las pérdidas son actualmente más pequeñas, aunque el Dax y el Cac cayeron un 2,5% ayer. La incertidumbre y la angustia continuas en Egipto han enviado el precio del crudo al alza por la preocupación por la escasez de petróleo (por el momento, bastante irracional, pero los mercados son a menudo impulsados por el sentimiento en lugar de la lógica). Los precios del crudo han subido a un máximo de seis meses y el oro también aumentó su valor significativamente.