Un indicador importante de la recuperación económica es el resurgimiento del mercado de la vivienda. La gente sólo asume nuevas o mayores hipotecas cuando está segura de su futuro personal y, por supuesto, cuando tiene acceso a préstamos. Una vez que los nuevos compradores de entran en el mercado, la demanda se recupera y los precios comienzan a subir, ya que habrá competencia por las mejores propiedades. El gobierno del Reino Unido ha puesto en marcha programas, apoyados por el erario público, para ayudar a los compradores a obtener el dinero necesario para hacer depósitos en la compra de propiedades. El esquema es controvertido, ya que algunos se oponen a que el Estado ayude a las personas privadas de esta manera como una cuestión de principio y otros creen que podría estimular la demanda suficiente como para producir una burbuja inmobiliaria. Cuando una burbuja estalla, el Estado recibe un golpe fuerte, ya que ha asegurado una parte de los préstamos que inevitablemente serían embargados.
Sin embargo, mientras tanto, los precios de la vivienda en el Reino Unido han venido aumentado en un promedio del 3,1% de año en año, por encima del 2,9% de la cifra comparable de mayo, según la Oficina de Estadísticas Nacionales. The Royal Institution of Chartered Surveyors afirma que los precios de las viviendas están aumentando a su ritmo más rápido desde noviembre de 2006 -es decir, antes del inicio de la crisis financiera mundial-. Como es de imaginar, la imagen se fractura con el mayor aumento de precios en Londres y el sureste del país, mientras que en Escocia e Irlanda del Norte han seguido bajando.
La tasa de inflación al consumidor, el Índice de Precios al Consumidor, ha retrocedido hasta el 2,8% en julio desde el 2,9% en junio. El IPC general también ha disminuido del 3,3% en junio a 3,1% el mes pasado.