La única sorpresa en la solución de último minuto a la crisis de deuda de Estados Unidos es que los legisladores estadounidenses nunca se deberían haber colocado voluntariamente en una situación en que la mayor economía del mundo corría el riesgo de un incumplimiento de sus obligaciones de deuda. Los mismos políticos que llevaron a Estados Unidos al borde del precipicio fiscal y el auto-daño con el Secuestro lo volvieron a hacer.
El acuerdo fue firmado en ley por el Presidente en las primeras horas de la mañana del jueves, apenas unas horas antes de que las medidas excepcionales que el Tesoro de EE.UU. había estado empleando desde mayo lleguen a su fin. El acuerdo fue aprobado fácilmente por el Senado con un voto de 81 a favor y 18 voces disidentes. Su paso por el Congreso, donde el impase se había generado, fue menos convincente pero no menos importante, con 285 votos a favor y 144 en contra. Es interesante que 162 legisladores estadounidenses hubieran preferido que Estados Unidos entrara en una situación de cesación de pagos generando un daño inmenso para la economía del país por proteger los intereses de los ciudadanos que votaron por ellos.
Sin embargo, como siempre, el diablo está en los detalles. El acuerdo no resuelve el problema del techo de la deuda, sino que proporciona un respiro razonable. El nuevo techo (autorización para contraer préstamos) se alcanzará el 7 de febrero de 2014, por lo que la crisis podría ser reavivada a principios del próximo año. Los legisladores también acordaron financiar el gobierno de EE.UU. hasta el 15 de enero de 2014, dando un respiro limitado para las negociaciones presupuestarias que tengan lugar. El cierre de la mayor parte del gobierno ahora debe llegar a su fin.
Los demócratas acordaron controles de verificación más estrictos a las personas que reclamen subvenciones previstas en Obamacare, la ley que generó la crisis, pero no hicieron concesiones sustanciales. El Presidente Obama se ha negado a ceder a lo que él llamó la “extorsión” de parte del Partido Republicano (la llamada facción del Tea Party). Todo el mundo se respira con alivio hoy, pero la siguiente pregunta será si se podrá llegar a una solución a largo plazo sobre los problemas del techo de la deuda y el presupuesto americano y evitar así un desastre financiero el próximo año.