En casi todos los países, el principal usuario de la producción nacional (bienes y servicios) es claramente el público. En el Reino Unido, por ejemplo, se cree que cerca de dos terceras partes de toda la producción se consume en el país. Como consecuencia, el gasto del consumidor es el motor principal del crecimiento económico (o no) en prácticamente todos los países desarrollados. Sin embargo, los consumidores son reacios a gastar dinero si están preocupados por la seguridad laboral, o encuentran que sus ingresos son muy bajos, por lo que la confianza del consumidor es un indicador clave de la situación económica de una nación.
En el Reino Unido, el crecimiento de del tercer trimestre se situó en el 0,8% y los datos de la Oficina Nacional de Estadísticas (ONS) indica que esta expansión en gran parte ha sido liderada por un aumento del gasto de los consumidores. La expansión de la economía del Reino Unido fue la mejor desde el año 2010 y estuvo acompañada por un aumento del 0,8% en el gasto de los consumidores. Sin embargo, los resultados de las exportaciones se tambalearon cayendo un 2,4%, lo que contribuyó a un creciente déficit comercial de 8,9 billones de libras esterlinas. El Reino Unido disfrutó del mejor crecimiento en el tercer trimestre que cualquiera de los países del G8, pero continúa un 2,5% por debajo de su nivel anterior a la crisis.
Según los datos de la ONS, la inversión empresarial aumentó un 1,4%, revirtiendo una caída del 2,7% observada en el segundo trimestre del año, pero sigue estando un 6,3% por debajo del nivel registrado en el mismo periodo de 2012, lo que indica que las empresas siguen siendo reacias a invertir en el clima actual.