Los políticos de todo el mundo parecen haber captado el mensaje de que el público en general desea que los "peces gordos" de la banca internacional sean investigados y juzgados si es necesario. En la mente del público, la crisis fue causada principalmente por la codicia del sector financiero. Esto, en parte, llevó a reformas estructurales en el sector bancario en todo el mundo a fin de reducir el apetito de riesgo de los bancos y garantizar que tengan los activos financieros en su lugar para hacer frente a futuras crisis por ellos mismos, o que las autoridades tengan poderes para intervenir los bancos en crisis para evitar el temido "contagio".
Muchos analistas y políticos creen que la supervivencia a largo plazo y el crecimiento del euro, como una moneda de reserva internacional, requerirá aumentar la unión bancaria a través del bloque de 17 miembros (que se ampliará a 18 cuando Croacia adopte la moneda única en Año Nuevo). Un paso en esta dirección ha sido tomado en Bruselas con un acuerdo marco para establecer un fondo en cada país de la Zona Euro para cubrir futuros rescates a los bancos que deben ser financiados por los propios bancos.
En principio, todas las cuentas bancarias individuales dentro de la UE están protegidas para depósitos de hasta € 100.000. Los bancos que se adopten estrategias de inversión más arriesgadas requerirán depositar mayores niveles de depósitos en los fondos nacionales. Los fondos se deben establecer para el año 2016 si la propuesta pasa a todos los obstáculos legislativos restantes, por supuesto.
El Comisionado Europeo Michel Barnier emitió un comunicado en el que señalaba: "Con las nuevas reglas, los rescates públicos masivos y sus consecuencias para los contribuyentes serán finalmente una práctica del pasado." Es de esperar que el sector bancario haya tomado nota de las lecciones que dejó el desencadenamiento de la recesión más profunda desde la Gran Depresión, pero tener un seguro en mano es siempre es tranquilizador.