La economía alemana creció un 0,4% en el último trimestre de 2013, resultando en una modesta cifra de crecimiento anual del 1,3% -la economía alemana comenzó el 2013 con una cifra de crecimiento trimestral de cero-. Se temía al inicio del año que la economía alemana caería en una recesión, ya que las cifras del cuarto trimestre de 2012 habían mostrado una contracción del PIB del 0,5%. Los trimestres segundo y tercero registraron cifras del PIB positivas de 0,7 y 0,3%, respectivamente.
Las cifras del cuarto trimestre de 2013 fue impulsada por las exportaciones, pero la demanda interna del país fue decepcionante. La demanda interna, que es siempre un término clave en el desempeño económico de cualquier país, ha sido vista como la fuerza motriz de la economía alemana a través de los otros trimestres del año, mientras que la demanda global fue relativamente moderada.
La disminución de la demanda interna se estima que ha reducido la cifra del PIB en un 0,7%, mientras que el aumento de las exportaciones añadió un 1,1%, en base a las comparaciones con el trimestre anterior.
El organismo estadístico alemán, Destasis, informó que la inversión de capital subió significativamente en T4, mientras que el gasto público se mantuvo estable y, como se ha señalado, el consumo privado cayó. El gobierno pronostica que la demanda interna se incrementará a medida que transcurra el año, pero siguen siendo cautelosos sobre el comercio exterior debido a la aun anémica demanda global. El Gobierno prevé que el PIB aumentará al 1.8% a partir del mes de julio.
En su conjunto, la economía alemana logró un superávit comercial modesto de € 0,3 billones en 2013, lo que significa que se encuentran dentro de los criterios de convergencia de la Zona Euro que especifica que el déficit no debe superar el 3% del PIB de una nación -mejor no mencionar el requisito de la deuda pública que especifica que no debe superar el 60% del PIB-; Sin embargo, se estima que las cifras alemanas se situarían en alrededor del 81,5%.