Suiza celebró un referéndum el fin de semana que resultó en una mayoría a favor del restablecimiento de un sistema de cuotas para los inmigrantes en el país, sobre todo de la Unión Europea. El voto vio el 50,3% de los encuestados a favor de imponer un sistema de cuotas no especificado de trabajadores extranjeros que ingresan al país y a que se dé prioridad a los ciudadanos suizos para los trabajos. Suiza no es miembro de la Unión Europea, por lo que podría ser perdonado por no entender las ramificaciones de esta decisión, que fue rechazada por el gobierno, sindicatos y grupos de empleadores.
El principio central de la UE es que sus ciudadanos tengan el derecho de vivir y trabajar en cualquiera de los 28 Estados miembros, lo que garantiza la libertad de movimiento. Suiza es miembro de la AELC, la Asociación Europea de Libre Comercio, y en el disfrute de los beneficios de este "miembro asociado" de la UE, la nación tenía que estar de acuerdo en permitir que los ciudadanos de la unión tengan derecho a trabajar en Suiza. En la actualidad, la mitad de todas las exportaciones suizas son consumidas por la Unión Europea y el país disfruta de la misma libertad de tarifas que cualquier estado miembro.
La reacción de Bruselas y otras capitales a la votación ha sido rápida. Mientras que todo el mundo acepta el derecho suizo a determinar sus propias políticas, está siendo señalado en términos inequívocos que los suizos no tienen el derecho de "hacer la vista gorda" a los aspectos de los acuerdos de la UE que aceptaron, anotó David Cameron. Parece claro que la UE debe reaccionar a la decisión de Suiza sobre todo porque, de no hacerlo, esto podría significar caer en el juego de los políticos de todo el bloque que tratan de hacer retroceder la libertad de movimiento por el control de la inmigración. Estas personas se centran en la percepción de los inmigrantes poco cualificados procedentes principalmente de Europa del Este como una amenaza para el empleo doméstico y una causa de aumento del estrés en el bienestar, la vivienda, la educación y la salud, pero muchos de esos ciudadanos de la UE que trabajan en Suiza son profesionales de alto nivel, acogidos por un déficit de mano de obra suiza – razón por la que las organizaciones de empleadores se opusieron a la votación.
El gobierno suizo está obligado por el resultado del referéndum pero, por otro lado, el derecho a vivir y trabajar en cualquier Estado miembro es uno de los principios fundamentales del Tratado de Roma, que sentó las bases de la UE actual. Bruselas no tiene otra opción más que responder a este "ataque" a los principios fundamentales de la UE, de alguna manera, más temprano que tarde.