Como consecuencia de la necesidad de importar combustibles fósiles, Japón acaba de publicar un déficit mensual récord de casi 2,8 trillones de yenes (27,3 billones de dólares) en enero, un aumento del 71% sobre la cifra de diciembre. El dólar se ha incrementado en aproximadamente un quinto frente al yen durante el período transcurrido desde que el Primer Ministro Shinzo Abe llegó al poder. Japón consume un asombroso 37% de los suministros mundiales de gas natural licuado -lo que significa que paga una prima del 20% sobre cualquier aumento en el costo de la materia prima debido a las tasas de cambio Dólar/Yen desfavorables
Japón tiene una industria nuclear madura y, antes del terremoto y el tsunami que causaron devastación en marzo de 2011, el 30% de las necesidades de electricidad de la nación se obtenía de la capacidad de generación de energía nuclear. Como consecuencia del desastre, todas las plantas nucleares niponas fueron cerradas para los controles de seguridad. Mientras que algo de la capacidad se siguió utilizando en los meses posteriores a la catástrofe, estas plantas fueron cerradas para el mantenimiento de rutina y no se han vuelto a abrir a causa de una (aparente) oposición pública. La necesidad de Japón de energía eléctrica, por supuesto, sigue siendo tan grande como siempre y el déficit debido a la pérdida de la capacidad nuclear tiene que ser compensado a partir de fuentes convencionales, basadasen combustibles fósiles. Japón no tiene reservas de combustibles fósiles significativas, por lo que sus necesidades deben ser satisfechas por la importación de los combustibles requeridos -y ellos tienen un precio en dólares estadounidenses-.
Las exportaciones de Japón son más competitivas a medida que el Yen cae en valor, haciéndolas más baratas en los mercados importadores, pero el hecho es que el crecimiento de las exportaciones no ha contrarrestado los mayores costos de importación, llevando al país al déficit comercial. Una solución obvia a este dilema es reducir la dependencia de las importaciones de combustible mediante el reinicio de los reactores de energía nuclear, pero dada la inquietud pública sobre la energía nuclear, esto todavía puede ser "un puente demasiado lejano" para el señor Abe. El caso es subrayado por el hecho de que Alemania decidió abortar su incipiente renacimiento nuclear a raíz del accidente de Fukushima y tiene la intención de interrumpir su capacidad nuclear existente.