El crecimiento económico de Asia se está moviendo rápidamente hacia adelante. Las economías de China, Japón y Corea del Sur representan actualmente alrededor del 25 por ciento de la producción mundial. En el cuarto trimestre del año pasado, crecieron a tasas anuales del 7,7, 2,7 y 4 por ciento, respectivamente.
Japón
De los tres, Japón está creciendo a un ritmo más lento y teniendo un paso más equilibrada en su actividad económica. El 69% del crecimiento del cuarto trimestre de Japón fue atribuido a la demanda interna, un cambio positivo del patrón de crecimiento que se basaba en las exportaciones durante la mayor parte de su impresionante desarrollo posguerra.
Las últimas cifras japonesas indican que la política monetaria expansiva del país ha estimulado el consumo de los hogares y de la inversión residencial, dos factores de crecimiento fundamentales que representan casi dos tercios de la economía.
El crecimiento de dos dígitos en la inversión residencial es especialmente tranquilizador a los hombres y mujeres jóvenes que siguen viviendo con sus padres porque no pueden permitirse una casa propia y han pospuesto por tal motivo casarse y formar una familia. Tokio parece haber tomado los pasos fiscales adecuados en esta ocasión.
La economía japonesa también recibió un impulso adicional de compras inesperadas, ya que los consumidores se apresuraron a adquirir artículos antes de la elevación del impuesto a las ventas que regirá a partir de abril.
Corea del Sur
Corea del Sur parece estar adaptándose bien a los cambios en las fuerzas del mercado mientras se esfuerza por competir en los segmentos más lucrativos y tecnológicamente avanzados de la industria global. Cambios estructurales se están implementando con el fin de apaciguar a los grandes conglomerados y para disminuir su control de la economía nacional.
Estos cambios y su impacto en la organización de los mercados laborales y de productos tomarán tiempo, por lo que estas multinacionales seguirán siendo el pilar de la economía del país en el futuro inmediato. Mientras tanto, el gobierno ha tomado una fuerte iniciativa para estimular la creación de pequeñas y medianas empresas. Seúl espera que la competencia generada liderará la innovación tecnológica y elevará la tasa de crecimiento potencial de la "economía del conocimiento" al 4 por ciento.
Adicionalmente, los intentos del Presidente Park para ablandar las relaciones con Corea del Norte ofrecen perspectivas políticas y económicas igualmente prometedoras. Durante una reunión de gabinete la semana pasada, Park transmitió el desarrollo de una comisión especial para trabajar en pasos "sistemáticos y constructivos" hacia la unificación de Corea.
China
La transición gradual de China hacia una economía social de mercado de gestión activa debe superar algunos grandes ensayos de reforma. El crecimiento del 7 por ciento de China no está en duda pero, con el fin de hacer el cambio, Beijing debe resolver las cuestiones de cómo estimular a las empresas de propiedad estatal para funcionar como empresas competitivas en una economía de mercado y la forma de hacer una reforma fundamental del sistema financiero chino. Además, el problema de convertir el yuan sigue siendo un reto.
Si se gestiona adecuadamente, estas reformas se pueden realizar bajo condiciones de una actividad económica sostenida. Esto es posible porque China mantiene una gran cantidad de ahorros que pueden financiar un alto grado de producción y el empleo, mientras que el país continúa desarrollando programas de bienestar social, una mejor educación, la infraestructura adicional y un medio ambiente más limpio.