El hecho de que un nivel escaso de crecimiento proyectado para el primer trimestre de este año de entre el 0,4 y el 0,5% en la Zona Euro sea el mejor rendimiento del bloque desde junio de 2011 realmente revela cuan profunda ha sido la debacle provocada por la crisis financiera mundial.
La eurozona ha salido de una recesión de 18 meses recién en el segundo trimestre del año pasado. Tradicionalmente, un período de recesión es generalmente seguido por una fuerte recuperación, que marca el final de un ciclo económico, pero no esta vez. La recuperación ha sido débil, tanto en Europa como en el resto del mundo y tenido muchos obstáculos. El desempleo en la Zona Euro se mantiene cerca de un nivel récord del 12% -uno de cada ocho de los trabajadores- con algunas naciones viendo más del doble de la media (España y Grecia) y otros solo un tercio de ella (Austria).
Aun así, vamos a disfrutar de la buena noticia mientras podamos. La proyección viene del Índice Compuesto de los Gerentes de Compras por Markit (PMI), un barómetro donde una lectura por debajo de cincuenta denota el mal tiempo (contracción) y por encima de ella, días mejores de crecimiento económico. El valor de febrero se situó en un 53,3, superando las modestas expectativas de los analistas de 52,7.
Los datos de Eurostat confirman que la Zona Euro se expandió en el último trimestre de 2013, creciendo un muy modesto (pero no por ello menos agradable) 0,3%. Su análisis muestra que el crecimiento fue "impulsado" por el aumento de las exportaciones a los socios comerciales del bloque y la mejora de la inversión interna.
El rendimiento de los “pesos pesados” de la Zona Euro (Francia y Alemania) sigue siendo contrastada. La cifra alemana del PMI se situó en 56,4, su mayor valor desde 2011, mientras que la figura francesa mostró contracción continua en la segunda mayor economía de la Zona Euro, devolviendo una cifra de sólo 47.9.