Según las últimas cifras, se crearon 192.000 empleos en marzo; una cifra por encima incluso de la más alta de las estimaciones para satisfacer el crecimiento de la población dentro de la fuerza laboral de EE.UU. Sin embargo, el desempleo se mantiene sin cambios en el 6,7%, lo que significa que 10,5 millones de estadounidenses son considerados como desempleados (esta cifra no incluye a las personas ya no están buscando trabajo activamente). El nivel de desempleo se mantuvo estático a pesar de que la cifra de creación de empleo de enero fue revisada al alza a 144.000 desde una lectura inicial de 129.000 y los datos de febrero de 175.000 a 197.000.
Nuevos puestos de trabajo se crearon en la minería y la explotación forestal (7000), la atención de salud (19.000) y en los sectores de servicios profesionales y de negocios de la economía (57.000); sin embargo 29.000 de ellos fueron puestos ayuda de servicios temporales. Sin embargo, el hecho de que el desempleo permanezca más alto que el nivel promedio subraya el hecho de que la recuperación económica sigue siendo débil.
La población es una cosa dinámica. El crecimiento demográfico se debe a la tasa de natalidad, pero también a la inmigración, mientras que las muertes y la emigración reducen la población. En los Estados Unidos, el número de personas que entran en el mercado de trabajo significa que un cierto número de puestos nuevos necesitan ser creados (este número es contrarrestado por las personas en edad de trabajar que mueren, se jubilan o abandonan el mercado de trabajo por alguna otra razón). El número de puestos de trabajo que se deben crear para que el desempleo se detenga en la mayor economía del mundo se describe mejor como una fiesta móvil. La mayoría de los economistas sitúan la cifra en entre 100.000 y 150.000, pero podría ser tan baja como 80 mil, según un artículo publicado en el Wall Street Journal el pasado verano. El desempleo es un indicador clave que la Reserva Federal está considerando para reducir la flexibilización cuantitativa.