En su última reunión, el BCE decidió no modificar las tasas de interés que se mantienen en el 0,25% desde noviembre de 2013. El BCE podría recortar un poco de las tasas de interés, haciendo los préstamos más baratos para las empresas. El BCE se ha abstenido de aplicar medidas de "flexibilización cuantitativa", como las adoptadas por Estados Unidos, Japón y el Reino Unido como un mecanismo para aumentar la liquidez en la Eurozona. Hay especulaciones de que el banco podría adoptar una política de este tipo; sin embargo, existe la creencia generalizada de que los alemanes se muestran reacios a tomar esa medida por temor a desencadenar una alta inflación en el futuro.
La inflación en la Zona Euro se redujo de 0,7% en febrero desde el 0,5% el mes pasado, marcando su nivel más bajo desde noviembre de 2009 y la tercera caída mensual consecutiva. El Banco Central Europeo (BCE) tiene un nivel de inflación objetivo del 2%, y el Presidente del BCE, Mario Draghi, ha descrito la inflación de menos del 1% como "zona de peligro". La razón por la que la deflación (es decir, la caída de precios) es considerada como problemática para una economía es que puede causar que los consumidores retrasen las compras importantes en la esperanza de que, cuando lo compren los productos o servicios, el precio será menor de lo que es hoy. La economía japonesa ha estado en gran medida estancada durante años y uno de los factores que han influido en esto es la deflación en la economía, que ahoga la demanda interna.
Como era de esperar, dentro de un bloque de 18 naciones, la inflación es variable de país a país. Con sus dificultades económicas específicas, no es sorprendente que la inflación en España se sitúe en el -0,2% anual para marzo.
Los precios en la Zona Euro siguen aumentando, aunque lentamente, y el BCE ha advertido que espera un largo período de baja inflación. Sin embargo, algunos analistas opinan que el banco va a actuar para estimular la economía por la bastante débil recuperación económica y la presión deflacionaria.