El Presidente de la UE, Jean-Claude Juncker, anunció un ambicioso plan que prevé € 315 mil millones de inversión en proyectos de infraestructura para poner en marcha la vacilante economía de la UE. El plan es que la mayor parte de esta suma provendría de inversionistas privados con la CE aportando € 16 mil millones de su propio presupuesto. La esperanza es que el esquema podría generar 1,3 millones de empleos en la UE en cinco años. También vería inversión en redes de energía, educación e investigación, así como en mejoras en la infraestructura de transporte. Se pidió a los estados miembros a identificar proyectos adecuados en su territorio con "retornos socioeconómicos altos" que podrían ser apoyados por esta iniciativa. El plan comenzaría el próximo año con proyectos para iniciar desde entonces hasta 2017.
En un ciclo económico típico, una recesión sería seguida por un período de crecimiento que vería un marcado repunte en los niveles de empleo. Si bien el empleo ha mejorado en la UE ya que la recuperación ha progresado, el desempleo se ha mantenido alto debido a la naturaleza débil de la recuperación, la incertidumbre y la debilidad de la demanda global. En España y Grecia, el desempleo en general sigue siendo muy alto (26,4 y 24%, según los datos de julio). En este contexto, la Comisión Europea se vio obligada a tomar medidas.
De acuerdo con las últimas cifras de Eurostat, más del 10% de la población económicamente activa europea está inactiva. La cifra de las 18 naciones que usan el euro es ligeramente superior, situándose en el 11,5% (ambas cifras desde septiembre de 2014). Esto equivale a que 24,5 millones de ciudadanos europeos están actualmente sin trabajo. El desempleo actual es significativamente superior a la media del 9,7% para la Zona Euro que se observó entre 1995 y 2014. Asimismo, el desempleo juvenil (<25 años) sigue siendo desproporcionadamente alto en el 23,3%.
Los escépticos dudan que la inversión privada desembolse el dinero previsto en la propuesta; una vez más, el tiempo lo dirá.