En una semana en la que se llevará a cabo una reunión clave del BCE (22 de enero), donde se espera que se anuncien una serie de medidas de flexibilización cuantitativa en la Zona Euro, un barómetro económico importante sugiere que la confianza de los inversores alemanes ha crecido.
El indicador ZEW (Centro para la Investigación Económica) del sentimiento económico ha aumentado por tercer mes consecutivo y se situó en 48,4, por encima del valor del mes pasado de 39,4. El promedio a largo plazo para el índice se sitúa en 24,5 puntos y la lectura actual es la más alta desde febrero del año pasado. Al comentar sobre los datos más recientes, el presidente del ZEW, el profesor Clemens Fuest señaló: "El nuevo año comenzó con la agitación en los mercados de capitales por las próximas elecciones parlamentarias en Grecia y la decisión del Banco Nacional Suizo de abandonar el tope del valor del franco suizo frente al euro, lo cual ha dado lugar a fuertes fluctuaciones del mercado de valores. Sin embargo, esto no parece tener muy impresionados a los expertos del ZEW con respecto a sus expectativas sobre la economía alemana. Por el contrario, la disminución de los precios del crudo y una depreciación del euro han contribuido al aumento del indicador”.
Se prevé que el BCE se embarcará en su propio paquete de QE esta semana con el fin de estimular la economía y evitar la deflación. Esta medida probablemente tendrá el efecto de empujar al euro a la baja frente a otras monedas importantes, ya que significaría que es poco probable que el BCE aumente las tasas de interés de la Zona Euro en el futuro previsible. Sin embargo, el descenso del valor del euro y la caída en picada del precio del petróleo ya podría haber proporcionado un estímulo a la economía de la Eurozona. También es probable que la deflación aumente de todos modos, ya que los precios del combustible y de energía más baratas pesarán. Un parámetro más crítico para el BCE, se supone, será la tendencia en el gasto del consumidor. Si los consumidores siguen gastando como de costumbre, entonces el rol de la deflación de precios en la economía puede ser benigno. A diferencia de los japoneses, muchos europeos están más dispuestos a gastar dinero extra en bienes de consumo hoy en día, a menudo con crédito, en lugar de ahorrar y comprar en una fecha futura cuando pueden ser más baratos.
Por otro lado, la incertidumbre sobre la dirección de la política griega antes de las elecciones generales de la próxima semana ya está ejerciendo presión sobre el euro. Se prevé que la elección de Syriza, un partido de izquierda, ocasionaría una colisión entre el país y el BCE y el FMI, que en última instancia podría llevar a la salida de Grecia de la moneda común -una situación que casi todos los expertos externos creen que sería catastrófica para Grecia, pero que por ahora tiene sólo un efecto modesto sobre los miembros restantes-.