Con la mayoría de los votos escrutados en las elecciones griegas de ayer, todo indica que el partido Syriza y su líder izquierdista Alexis Tsipras han conseguido un triunfo seguro. Tsipras, de 40 años de edad, está en camino de convertirse en primer ministro de un gobierno de la Zona Euro en oponerse abiertamente a las políticas de austeridad impuestas por la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional como condición de su rescate en 2012. En su discurso de victoria el domingo, Tsipras declaró que cinco años de austeridad, "humillación y sufrimiento" impuestos por los acreedores internacionales habían terminado, mientras prometía renegociar la enorme deuda del país.
Los expertos predicen que la economía de Grecia probablemente no se recuperará en años y que Tsipras enfrentará enormes problemas. Su punto de vista de no-austeridad plantea la posibilidad de un conflicto mayor con sus socios de la Zona Euro, especialmente con la Canciller alemana, Angela Merkel, y aumenta el riesgo de incumplimiento de deuda soberana en Grecia.
Tsipras ha prometido mantener a Grecia en el euro y se ha retractado de algunas declaraciones anteriores al respecto, pero su victoria será un ensayo para los programas de austeridad empleados por los gobiernos de la Eurozona durante la crisis económica de un país.
Los mercados financieros han estado preocupados desde hace tiempo que una victoria de Syriza podría generar una nueva crisis financiera en Grecia pero, incluso antes del retiro del tope del franco suizo por el SNB la semana pasada, los analistas predecían mucho menos impacto del que se temía en un principio.
Promesas de negociación
Tsipras ofrece renegociar los acuerdos con la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional y condonar gran parte de la deuda de 320 mil millones de euros de Grecia la cual, representando más del 175 por ciento del PIB del país es la segunda más alta del mundo, después de la de Japón.
Adicionalmente, Tsipras tiene la intención de eliminar muchas de las medidas exigidas por la "troika", permitiendo el aumento del salario mínimo, la reducción de precios de la electricidad para las familias pobres, la reducción de impuestos de propiedad, entre otras.
En la actualidad, Grecia no puede contar con la ayuda de ningún otro mercado financiero debido a los costos demasiado elevados de endeudamiento, pero afirma que tiene fondos suficientes para cubrir sus necesidades financieras inmediatas para el próximo par de meses. Se enfrenta a unos 10 millones por concepto de pagos de la deuda.
A pesar de que existió una creciente preocupación en los mercados antes de que los votantes acudieran las urnas, los economistas se sienten más seguros ahora que un acuerdo con Europa se puede lograr. En un intento de calmar las preocupaciones, los funcionarios del partido Syriza indicaron que esperarán por lo menos seis meses antes de tomar medida relacionada al rescate, lo que permite un margen suficiente de tiempo para mantener conversaciones con sus acreedores.
Aun así, la posibilidad de que Grecia salga de la Zona Euro mantendrá a los mercados globales nerviosos durante algún tiempo. "Se vislumbra un período de incertidumbre y nerviosismo en los mercados”, dijo el Jefe de Capital Economics, Jonathan Loynes, en una nota. La victoria de Syriza "aumenta el riesgo de una salida de Grecia de la Eurozona” dijo, agregando que "los riesgos de una regreso a la crisis de la Zona Euro se han incrementado de manera significativa."