Tal como se esperaba, el Banco Central Europeo – BCE, anunció que se iniciará un programa de flexibilización cuantitativa (QE) para comprar bonos que se durará hasta septiembre 2016 como mínimo y comenzará el próximo mes de marzo. El proyecto finalmente involucrará la compra de más de € 1,1 billones a través de la creación electrónica de dinero.
El QE inyectará dinero en el sistema financiero de la Zona Euro en gran medida a través de las comisiones cobradas por las entidades financieras para adquirir los activos. Se debe forzar a la baja el rendimiento de los bonos mediante la creación de un mercado fuerte para este tipo de activos, mientras que eleva su precio. De esta manera, la medida debe generar préstamos (por los emisores de bonos) más económicos y así estimular la economía mediante el suministro de dinero en efectivo "barato". Con las tasas de interés de los bancos centrales situados en niveles históricamente bajos, el QE es considerado como una forma alternativa de aumentar la liquidez en los mercados (pero sigue siendo muy controvertido ante temores de algunos analistas de que podía general al final una hiperinflación) que tradicionalmente se lograría mediante la reducción las tasas de interés. Otra de las críticas al QE es que hace ricos a los ricos y hace poco o nada por los más pobres.
¿Cómo afectó esto al euro?
Como era de esperar, la noticia ha enviado al euro a nuevos mínimos frente al dólar, cayendo a un mínimo de 11 años. Actualmente, un euro va a comprar 1,1346 dólares - al comienzo del año compraba 1,2043 dólares. La caída del euro hará que las exportaciones de la Zona Euro sean más asequibles en los mercados importadores. Se sitúa en 0,9887 francos suizos, después de haber comenzado el año en 1.2022, lo que animará a muchos ciudadanos suizos a cruzar la frontera con la Unión Europea para hacer sus compras.
Las bolsas mundiales reaccionaron así a la decisión del BCE: el FTSE aumentó un 1%, mientras que el Nasdaq ganó un 1,8% adicional.