El pasado 25 de enero el pueblo griego eligió a Syriza, una "coalición de la izquierda radical", para gobernar el país. Los titulares anunciaban que el nuevo gobierno tenía la intención de revertir las medidas de austeridad impuestas a Grecia como condiciones de dos ofertas de rescate del FMI/UE y que era probable que obtuvieran la condenación de la mitad de la deuda. Ya en el poder, el nuevo gobierno griego inició una serie de mensajes contradictorios: por un lado, deberían cumplir sus promesas electorales y, por el otro, no podían ignorar sus obligaciones, tratando de encontrar un terreno común con sus socios europeos.
La prensa europea ha cubierto toda una gama de escenarios, desde un colapso teutónico donde los alemanes acceden a las demandas griegas con el fin de preservar el euro e incluso la existencia de la UE, hasta nefastas advertencias de un "Grexit", donde Grecia se ve obligada a abandonar el euro. El Presidente de la CE, Jean-Claude Junckers fue mucho más allá señalando que un "Grexit" implicaría que Grecia abandone también la UE, aunque no era claro si él estaba hablando desde un punto de vista personal o si esta es la posición de la Comisión Europea. Algunos sectores de la prensa sugieren que un "Grexit" sería desastroso para el euro, ya que los mercados están en "agitación" como resultado de la tragedia griega en curso. Una reunión de entre Grecia y funcionarios de la Zona Euro el miércoles fue descrita como cordial pero improductiva en el mejor de los casos.
Veamos ahora cuán tumultuosas han sido las tres últimas semanas en términos de los mercados, desde las posiciones del 16 de enero, nueve días antes de la votación, a las posiciones del viernes de la semana pasada: el Dow ha subido un 1,8%; el Nasdaq un 2,4%; El FTSE un 4,6%; el Dax subió hasta en un 6,7%; el CAC un 7,1% y el Nikkei se ha incrementado en un 4,7%. Esto tiende a sugerir que los inversores no están entrando en pánico sobre la crisis griega, aún. Llama la atención que el rally es más fuerte en los mercados de valores de la Zona Euro.
En el mercado de divisas, el euro ha bajado en un 1,6% frente al dólar; la pérdida es de sólo un 0,2% frente al yen japonés y tuvo una reducción del 2,4% frente a la libra. Mientras que estos valores sugieren una presión bajista sobre el euro, no apoyan la teoría de que la moneda común está agonizando y que sus parientes lo desenchufarán próximamente.