Por: Dr. Mike Campbell
La Reserva Federal de los Estados Unidos ha indicado que se mantiene flexible acerca del momento en que las tasas comenzarán a moverse hacia arriba. Señaló que, mientras la economía sigue fortaleciéndose, el desempleo sigue siendo un problema ya que muchos estadounidenses están desempleados o subempleados y el crecimiento salarial (que es un controlador de la demanda del consumidor) es lento. Esto ha sido interpretado como un mensaje de que un alza de los tipos antes del verano europeo es poco probable. Como consecuencia el dólar bajó (al menos temporalmente) y los mercados subieron, pero las tasas deben subir en algún momento. Sin embargo, el conductor importante hacia tasas más altas es la inflación y con la caída de los precios de la energía y la debilidad de la demanda mundial la inflación en Estados Unidos es actualmente baja.
La idea de bajar las tasas de interés es de estimular la economía haciendo que dinero "barato" esté a disposición de los negocios con la esperanza de que estos solicitarán préstamos para ampliar sus actividades y, por tanto, remontar la economía. Por supuesto, las tasas de los bancos centrales sólo están disponibles para los bancos comerciales y por lo tanto los costes reales a las empresas son más altos, pero todavía se sitúan en valores históricamente bajos. En el clima incierto derivado de la crisis financiera mundial, las empresas se han mostrado reacias a pedir préstamos, debido principalmente a que no están seguras de que existirá suficiente demanda, la cual se ha mantenido oblicua desde la crisis (en comparación con un período de recuperación normal post-recesión). Adicionalmente, la crisis puso al descubierto que muchos bancos estaban seriamente sobre-expuestos en los mercados (la ración de los activos mantenidos para préstamos pendientes era demasiado baja), por lo que muchos bancos absorbieron capital adicional para mejorar sus balances previniendo un futuro desastre financiero.
En consecuencia, varios bancos centrales se volcaron a la flexibilización cuantitativa, mediante la cual se creó nuevo dinero para comprar bonos soberanos y valores respaldados por hipotecas en un intento de mantener bajos los costos de endeudamiento a largo plazo y hacer las hipotecas de los consumidores más asequibles. La UE está a punto de embarcarse en su propio programa de QE en un intento por estimular la economía tambaleante de la Zona Euro. A los inversores les gusta la QE, ya que aumenta el valor de los mercados de valores pues parte del capital aportado se invierte en bonos y acciones. Cualquier movimiento para desactivar las medidas de alivio cuantitativo (como el que Estados Unidos realizó recientemente) o aumentar los costos de endeudamiento envía los mercados hacia abajo.