La creación del euro implicaba que los estados que se unan a la moneda única deberían tener sus economías ampliamente alineadas antes de poder convertirse en miembros. Se espera que la adhesión de cualquier nuevo estado se produzca únicamente cuando los factores económicos lo permitan. El Reino Unido y Dinamarca negociaron cláusulas de exención en el inicio del proyecto Euro (pero no descartaron la posibilidad de finalmente unirse a la moneda única), mientras que Suecia y los otros cuatro últimos países que se incorporaron a la UE aún no han cumplido los criterios de convergencia necesarios para unirse a la moneda común.
El unirse al euro estaba destinado a ser un paso irrevocable, por lo que no existe aún un claro mecanismo para que una nación a salga de él. Sin embargo, como Grecia lo está comprobando, un estado se debe adherir (o, mejor dicho, esforzarse por adherirse) a los criterios de convergencia para seguir siendo miembro. Dos componentes clave de los requisitos de convergencia que fracasaron como consecuencia de la crisis financiera mundial y, más adelante, de la crisis de la deuda soberana europea, fueron que la deuda pública debe ser limitada a un máximo del 60% del PIB y que el déficit en cuenta corriente no debe superar el 3% del PIB.
Al igual que varios de sus socios, Francia se vio fuera de los criterios de convergencia en las secuelas de la turbulencia causada por las dos crisis. En 2013, la deuda de Francia con relación al PIB había aumentado a 93,5% (incluso Alemania, el motor de la Zona Euro vio su deuda alcanzar el 78,4% del PIB). El déficit francés se sitúa en el 4,4% (después de haber alcanzado su punto máximo en el 7,5%). La administración de Francois Hollande subió al poder con la promesa de que podrían enderezar la economía sin la necesidad de medidas de austeridad más dolorosas (siempre es una proposición ganadora del voto), pero la situación no ha mejorado como esperaba.
A Francia se le ha concedido una nueva prórroga 2 años hasta el año 2017 para conseguir que su déficit llegue hasta el nivel de 3% (o por debajo). Francia esperaba poder cumplir la meta de este año y esta es la tercera vez que se le concede una prórroga (sin cargo). El ex Comisionado de Economía de la UE, Olli Rehn, advirtió que el hecho de no castigar a Francia podría socavar la credibilidad de la Zona Euro. Sin embargo, la mayoría de la gente reconoce que la UE y gran parte del resto del mundo aún está lidiando con réplicas de la mayor crisis económica de que se tenga memoria, por lo que su advertencia caerá en oídos sordos.