Por: Dr. Mike Campbell
Las negociaciones entre Grecia, el FMI y otros organismos de la Unión Europea llegaron a un punto crítico el viernes. La mayoría esperaba que una negociación de 12 horas resultara en la posibilidad de que el gobierno izquierdista de Tsipras ceda y ofrezca algunas de las reformas estructurales que los principales acreedores habían exigido. Las discusiones ya son tardías, pero lo cierto es que Grecia no incumplirá formalmente hasta la medianoche del 30/6/15. Ese momento marcará el momento en que los pagos al FMI y el BCE se convertirán morosos y marcarán la expiración del período de extensión de cinco meses para el rescate griego.
Al final, el primer ministro anunció (el viernes) que llamará a un referéndum del pueblo griego para decidir si aceptarían la última oferta de los acreedores o la rechazarán, como él aconseja. La reunión de ministros de finanzas de la Eurozona se rompió en ese escenario con su Presidente, Jeroen Dijsselbloem, afirmando que, al llamar al referéndum, Grecia había roto unilateralmente las negociaciones.
El sábado, los ministros de Finanzas de la Zona Euro (con la excepción de Grecia) votaron por unanimidad por no prorrogar el acuerdo de rescate actual más allá de su expiración actual. Esto significa que Grecia estará en mora el 1 de julio, a menos que China o Rusia le ofrezcan ayuda. A última hora del sábado por la noche, la mayoría de políticos griegos respaldó la convocatoria a referéndum -que había sido rechazada al inicio ante una pequeña esperanza de que se llegue a un acuerdo-.
Nos encontramos ahora en territorio desconocido. Es casi inconcebible que Grecia pueda seguir dentro de la Zona Euro con la categoría de moroso con el FMI y el BCE. El FMI ha dejado claro que no ofrecerá ayuda en el futuro si Grecia incumple sus obligaciones. No existe un mecanismo formal para abandonar el euro, por lo que es muy posible que Grecia se vea forzada a salir de la propia UE. Esto tomará tiempo, por supuesto.
Tsipras ha dejado clara su posición respecto al referéndum: Insta a los griegos a negarse a aceptar la última oferta de los acreedores. Si el pueblo vota a favor de aceptar el trato, su posición es insostenible. Sin embargo, como Christine Legarde señaló, una voto en favor de la aceptación de la oferta no sería relevante en la fecha del plebiscito (05/07/15), por lo que incluso un "sí" dejaría el país en el limbo. Se podría desencadenar una convocatoria a nuevas elecciones, que podrían resultar en una nueva administración llegado al poder en mejores condiciones para aceptar las demandas de reforma estructural de gastos requeridas por los acreedores a cambio de apoyo a la vida económica...