La sorpresiva renuncia del Ministro de Finanzas griego, Yanis Varoufakis, nos priva de la presencia de tal vez el político más controvertido, elocuente, apasionado y no convencional en la actualidad. Muchos de nosotros lo vamos a extrañar, pero un regreso político del autodenominado "Libertario Marxista" podría ser una carta bajo la manga.
Antecedentes
Varoufakis llegó al Ministerio de Finanzas hace sólo unos pocos meses. Él era conocido como un académico expatriado de éxito, aunque últimamente había sido nombrado como profesor de teoría económica en la Universidad de Atenas, y fue considerado como la principal autoridad del mundo en la Teoría del Juego. Muchos han especulado si la experiencia Varoufakis en esta área podría haber llevado al Primer Ministro Tsipras a darle el papel estratégico clave en la planificación de la lucha de su gobierno contra los acreedores de Grecia.
Un Político Diferente
Desde que irrumpió en el escenario internacional, Varoufakis se ha distinguido por un alto grado de honestidad y transparencia. No solo les dijo a sus oponentes que estaban equivocados, sino lo hizo como los grandes expertos en economía utilizando el lenguaje de instituciones como el FMI y el BCE. Su oficina publicó frecuentemente textos de comunicados que otros políticos tienen a mantener en secreto. El espectáculo de un ministro de economía llegando al trabajo en una motocicleta y sin corbata para luego transmitir su mensaje combativo y altamente populista con ingenio y encanto, es algo que probablemente no va a repetirse en el corto plazo.
Irónicamente, su postura inicialmente no fue popular. A pesar de que Varoufakis se ha descrito a sí mismo como marxista, era relativamente nuevo en el partido Syriza y fue considerado por las bases como más bien derechista. Sin embargo, los eventos de los últimos días lo han visto emerger como un talismán para lo que yo describiría como una política izquierdista anti-consenso: aquellos que no confían en el FMI y el BCE para arreglar las cosas y que no creen que un régimen de austeridad fiscal pueda ser una ruta viable para salir de una crisis económica.
Quiero la cabeza de Yanis Varoufakis
Parece que la dimisión de Varoufakis fue una exigencia clave al gobierno griego por sus acreedores a cambio de la reanudación de las negociaciones. Para alguien que visiblemente no es un político de carrera, es difícil no sentir que este es un sacrificio hecho de buena gana por el bien de su país y su causa política. Su declaración de renuncia, fiel a su estilo elocuente y combativo, incluye una frase que resonará en toda Europa y el resto del mundo: "El referéndum del 05 de julio se quedará en la historia como un momento único en el cual una pequeña nación europea se levantó contra la servidumbre por deudas.... Y asumiré el odio de los acreedores con orgullo”.
Un Nuevo Comienzo
Ciertamente, es difícil pensar que podría repetir su papel como ministro de Finanzas griego, y su experiencia como economista hace difícil verlo en otro papel político. Él prometió hace unos días que, incluso si él no se quedara en el cargo, permanecería en Grecia durante un período de tiempo no especificado. Así, mientras que es posible que no lo veamos en cargos políticos, sin duda vamos a tener noticias de él como una figura pública. Mi predicción es que lo veremos en toda Europa en los próximos meses, prestando su carisma y elocuencia a los mítines a favor de los movimientos anti-austeridad.
Una última reflexión: si el Primer Ministro griego firma un acuerdo ahora visto por la izquierda anti-austeridad como insostenible para Grecia, Varoufakis podría emerger como un adversario poderoso, limpio y no contaminado de tal movimiento, ahora que él ya no está en el Gobierno. En este escenario, podría ser visto como el futuro líder del partido Syriza.