Brasil, la mayor economía de América Latina y la octava más grande del mundo, ha quebrado este año. La desaceleración económica mundial ha perjudicado al país, sumiéndolo en una profunda recesión. Sin embargo, muchos de sus problemas serían internos.
Antes de la crisis financiera mundial, la economía de Brasil repuntaba como un jugador dominante en el escenario mundial como miembro del grupo BRIC de economías emergentes; sin embargo, el panorama ha cambiado mucho en los últimos años.
En 2014, se estimaba que la economía brasileña representaba aproximadamente el 3,8% de la economía mundial. El tamaño de la economía de Brasil es de aproximadamente 2,3 billones de dólares, pero se ha sumido en recesión durante seis trimestres consecutivos; su recesión más persistente en los últimos 25 años. El tercer trimestre de 2015 vio a la economía brasileña contraerse en un 1,7% más, frente a la contracción del 2,1% observada en el segundo trimestre.
El desempleo en Brasil se sitúa en el 7,9% de la población económicamente activa (según datos de octubre), empeorando desde la lectura anterior del 7,6% para agosto y situándose en su nivel más alto desde mediados de 2009. La fuerza de trabajo se sitúa en su nivel más bajo desde hace 13 años, pero el desempleo se mantiene por debajo del promedio de los años 2001-15 calculado en 8.36% -el valor más bajo fue de 4,3% (diciembre de 2013) y el más alto fue 13,1% (agosto de 2003)-.
La economía de Brasil se ha visto afectada por la desaceleración de los precios de las materias primas como el petróleo, el hierro y el cobre. Brasil aumentó rápidamente sus exportaciones a China en la última década. Eso significa que la desaceleración en China es extra dolorosa para Brasil.
La moneda brasileña, el real, tiene hoy en día el peor desempeño entre los principales mercados emergentes. Su devaluación de hasta alrededor del 31% frente al dólar en lo que va de este año es devastadora. Cabe mencionar que otros países están lidiando con problemas similares, pero están consiguiendo resultados muy diferentes. Colombia, Perú y Chile también se han visto afectados por la caída en los precios de las materias primas y vieron a sus monedas perder valor este año, pero sus economías siguen creciendo.
Petrobras
El escándalo Petrobras ha tenido un efecto muy negativo en la sociedad brasileña y ramificaciones negativas para la economía. Hace poco más de un año, las investigaciones dieron a conocer un plan masivo de sobornos entre los contratistas de construcción y funcionarios de Petrobras, incluyendo líderes del gobierno. Petrobras es una empresa que cotiza públicamente, pero el gobierno tiene una participación del 51%. El gigante petroquímico era responsable de contribuir aproximadamente con el 10% del PIB de la nación en su época de apogeo. En algún momento, Petrobras fue clasificada como la sexta mayor compañía de capitalización bursátil en el mundo. Casi 117 acusaciones se han dictado ya, y se dice que el total pagado en sobornos y otras formas de corrupción asciende a los $ 3 mil millones. A raíz del escándalo, el negocio ha perdido casi la mitad de su valor ($ 70 mil millones), aunque parte de esta pérdida se debe también a la caída en los precios del crudo.
El escándalo Petrobras ha ahuyentado a los inversores extranjeros. El principal índice de acciones de Brasil, Bovespa, ha bajado un 27% desde que el escándalo estalló en septiembre de 2014.
La economía brasileña se ha contraído un 4,5% en el último año y la inversión en el país ha disminuido en un 15%, marcando nueve trimestres consecutivos de declive. La inflación en la economía brasileña está funcionando a un 10%, teniendo un efecto significativo sobre la renta disponible de los brasileños. En un intento por tratar de frenar esto, el Banco Central de Brasil se está fijando las tasas de interés en un (relativamente) asombroso 14,5%, en la actualidad.