Después de tres décadas de crecimiento sin precedentes, la fuerza de China parece romperse. El país se está moviendo en un camino lleno de baches sin una dirección a la vista, sobre todo cuando se trata de los mercados financieros. El sector manufacturero se está estancando y la segunda mayor economía del mundo se está confiando en un peligroso motor del crecimiento –la deuda- para resolver sus problemas.
El gobierno chino está alentando a los bancos a prestar y a las personas y las empresas a gastar y la gente está escuchando. Según los datos publicados esta semana, los nuevos préstamos en China alcanzaron un nivel récord en enero de 2,51 billones de yuanes ($ 380 millones de dólares) y los inversores prominentes están advirtiendo que China está jugando con fuego.
El aumento de enero fue más alto que el comienzo anual habitual que se produce normalmente cuando los gobiernos aumentan las cuotas de los bancos estatales. El aumento vino después de varios meses de malos préstamos conocidos en el mundo financiero como "préstamos morosos”, que aumentaron más del 50% a partir de diciembre 2014 a diciembre 2015.
Deudas Triplicadas
Un gestor de fondos de cobertura advirtió en septiembre que "La deuda sigue creciendo dos o tres veces más que la economía cada año."
Los analistas están preocupados por dos cuestiones principales: la rapidez con la que la deuda está creciendo y si los bancos de China se encuentran en una situación lo suficientemente fuerte como para soportar una ola de incumplimientos. A medida que la economía de China se desacelera aumentan los temores de que la gente y las empresas no serán capaces de pagar, por lo que la tasa de morosidad se convertirá en una estadística clave.
Mientras que muchos bancos de todo el mundo, incluyendo los Estados Unidos, han venido fortaleciendo sus reservas de efectivo para prevenir otra crisis financiera, China no parece estar haciendo lo mismo.
Por el contrario, el gobierno está alentando a su población para continuar el gasto. La primavera pasada, Pekín básicamente le dijo a la gente que salga y compre acciones justo antes de que el mercado alcanzara su punto máximo. Ha gastado la enorme suma de $500 mil millones el año pasado para apuntalar su moneda, sólo para dar la vuelta y cortar el valor del yuan.
Otras medidas han sido tomadas por el Partido Comunista de China en un intento por detener la volatilidad del mercado, llegando al extremo de detener el mercado de valores durante casi un día entero el 7 de enero y el uso de dinero del gobierno para comprar acciones. Pero todo esto no ha impedido que el mercado de valores de Shanghai se derrumbe arrastrando hacia abajo a las bolsas del resto del mundo, incluyendo a Estados Unidos. Además, parece que hay un número inusual de CEOs y ejecutivos chinos "desapareciendo "y las estadísticas económicas del gobierno están ahora bajo un alto nivel de escrutinio. China dice que sigue creciendo en cerca de un 7%, pero los expertos independientes dicen que la cifra real es probablemente la mitad de eso.
La realidad es que el Partido Comunista de China tiene una enorme cantidad de poder sobre la economía y la mayoría de las decisiones importantes sobre el mercado de valores del país no son tomadas en la Comisión Reguladora de Valores, sino más bien en la oficina del primer ministro.
En el pasado esto demostró ser beneficioso, ya que el gobierno de China fue capaz de intervenir rápidamente y rescatar a las empresas en quiebra, o tomar decisiones rápidas sobre gastar mucho más dinero para reactivar la economía. Pero ahora este escenario no está funcionando a medida que China se mueve de una economía impulsada por la fabricación y las exportaciones a una economía de consumo de la clase media.
Adicionalmente, cerca del 50% de las empresas que cotizan en la bolsa china son ahora privadas y no ha habido un gran aumento en las empresas estatales que en los últimos años.
China sigue siendo uno de los mayores socios comerciales de muchas economías globales y muchos grandes conglomerados estadounidenses ahora venden grandes cantidades a China. Como su economía se desacelera, esto causa una onda expansiva en todo el mundo. China sigue siendo un comodín y nadie está muy seguro de lo que va a hacer a continuación y cuánto impacto tendrá su próximo movimiento.