Las cifras que acaba de publicar la Oficina de Estadísticas Nacionales del Reino Unido (ONS) proporcionan una estimación inicial del PIB de la nación en el último trimestre de 2015. De acuerdo con estos datos, el Q4 vio una expansión del 0,5% respecto al trimestre anterior, dando como resultado que el crecimiento total para el año fue del 2,2%. En el clima económico global actual la cifra es encomiable, pero representa una desaceleración en el crecimiento con respecto al año 2014, que se situó en el 2,9%. En comparación con el tercer trimestre de 2014, el cuarto trimestre de 2015 mostró un crecimiento del 1,9%, pero eso representa una caída en relación a los datos del tercer trimestre del 0,2%, lo que demuestra que la economía se está desacelerando un poco. De hecho, sobre esta base, el crecimiento del Q4 fue el más débil visto desde principios de 2013. Sin embargo, tal es la desaceleración actual en el entorno global, que el Reino Unido sigue siendo uno de los países desarrollados de más rápido crecimiento.
El desempeño económico del Reino Unido en 2015 coincidió con la predicción hecha por el FMI, que apuntó a un crecimiento del 2,2%. Esa organización espera que el crecimiento del Reino Unido se mantenga estable en este nivel hasta 2018, pero sugiere que el crecimiento más robusto requerirá un repunte en la economía global. El Banco de Inglaterra ha sido más optimista sobre las perspectivas británicas para 2016, pronosticando un 2,5%; sin embargo, en general se espera que esta cifra sea revisada a la baja en breve. También se espera que el Banco mantenga las tasas de interés sin cambios por un año más. Las tasas se han situado en el 0,5% desde marzo de 2009.
El Reino Unido está tratando de redefinir su relación con la UE antes de un referéndum sobre la pertenencia continuada que podría ocurrir tan pronto como este año, pero tiene que darse antes de finales del próximo año. La comunidad empresarial ha advertido de que, cualquiera sea el resultado, la incertidumbre sobre el futuro de Gran Bretaña en el bloque será negativa para la confianza y la inversión interna.