La primera ministra británica, Theresa May, hoy pronunciará lo que se considera un discurso clave sobre su visión de la relación entre la UE y el Reino Unido en la ciudad italiana de Florencia. La ausencia de los principales socios en el debate del Brexit y la salida de la UE ha causado la preocupación en el Reino Unido de que May y sus principales colegas deberían ir a Italia para ofrecer el discurso en lugar de hacerlo en una ciudad de Reino Unido que forma parte del núcleo duro del Brexit, o incluso ante el Parlamento de la UE, donde ella recientemente se negó a abordar una sesión plenaria del Parlamento.
Se supone que el discurso romperá el estancamiento de la UE y se sabe que el Reino Unido se ofrecerá a pagar hasta 20.000 millones de libras para financiar un período de transición de 2 años, lo que supondría una extensión de facto de su calidad de miembro de la UE. Este tipo de acuerdo es lo que interesa a Reino Unido, pero queda por ver cómo será recibida tal petición en Europa. Además, el procedimiento de notificación del artículo 50 establece un plazo de 2 años para resolver los problemas de separación entre la UE y el Estado saliente y este plazo sólo puede ampliarse con la aprobación unánime de todos los Estados Miembros de la UE. El período de transición sería una extensión de la condición de miembro de Reino Unido en la UE con cualquier otro nombre y requeriría tal solicitud.
Se comenta que May está pidiendo a la UE que sea “imaginativa” y afirmará que tiene la responsabilidad de conseguir que el Brexit funcione. Partes del discurso ya han sido enviadas a la prensa:
“Si podemos hacer eso, entonces cuando esté escrito este capítulo de nuestra historia europea, no se recordará por las diferencias que afrontamos, sino por la visión que mostramos; no por los retos que soportamos, sino por la creatividad que mostramos para superarlos; no para una relación que terminó, sino para una nueva asociación que comenzó”. May argumentará que está “en nuestros intereses que nuestras negociaciones tengan éxito... así que creo que compartimos un profundo sentido de responsabilidad para hacer que este cambio funcione con fluidez y sensatez, no sólo para las personas de hoy, sino también para la próxima generación que va a heredar el mundo que le dejamos”.
Es probable que se pasen por alto las cuestiones planteadas por Thorney, como los acuerdos aduaneros y fronterizos entre el Reino Unido y su única frontera terrestre con un Estado de la UE, la República de Irlanda, los derechos de los ciudadanos de la UE y del Reino Unido que viven en el extranjero y la liquidación financiera de los pasivos pendientes. El pago del acuerdo transitorio se presenta como “abierto y generoso”, pero los realistas señalarán que es sólo ligeramente superior a lo que el Reino Unido tendría que pagar por 2 años de pertenencia al club con los términos actuales. También señalarían que, sin este período de transición, el Reino Unido se enfrenta al “borde de un acantilado” que sería desastroso para su economía.
El viaje italiano estaba programado como un anuncio importante que justificaba el retraso de la reanudación de las negociaciones del Brexit en Bruselas. Sin embargo, sobre la base de la información filtrada hasta ahora, estará lejos de eso. Parece ser poco más que una representación de la lista de deseos del Reino Unido.
Los militantes del ala euroescéptica del Partido Conservador ya han declarado su oposición a que el Reino Unido pague más contribuciones a la UE después de marzo de 2019. Normalmente, la opinión de estas “voces en el desierto” no tendría importancia, pero el gobierno de May no tiene una mayoría en la cámara y necesita el respaldo de todos sus diputados y 10 diputados de DUP para poder aprobar cualquier legislación (contra una oposición unificada, que no siempre es un hecho).