Con muchos bancos centrales que ofrecen tasas de interés cercanas a los mínimos históricos, los ahorradores tradicionales con dinero depositado en bancos comerciales están teniendo un momento tórrido con rendimientos de inversión frecuentemente muy inferiores a la inflación, haciéndolos más pobres y no más ricos cuanto más tiempo ahorran. Entonces, ¿cómo suena una tasa del 40% del banco central?
Si tuviera que invertir sus ahorros en Argentina, el banco central acaba de aumentar su tasa hasta en un 40%; el tercer aumento en los últimos ocho días, al ver que se eleve del 27.25%. La medida tiene como objetivo respaldar el valor del peso argentino, que ha visto su valor caer en una cuarta parte durante el último año. Actualmente, el dólar estadounidense está comprando 21.94 pesos; comenzó el año con 18.6 Pesos; estaba en 15.8 Pesos en enero de 2017; entre junio de 2008 y agosto de 2013, aumentó lentamente de 3.06 a 5.6 Pesos. La rápida depreciación del peso se puso en serio en diciembre de 2015, cuando había subido a 9.7 pesos por dólar, para marzo siguiente, era de 15.66 pesos. Hasta la crisis financiera de 2001-02, el peso estaba vinculado a la paridad con el dólar.
Si le gusta apostar, existe un diferencial del 15% entre el interés potencial (tasa del banco central, no comercial) y la depreciación de la moneda. Si considera que lo peor ya pasó, eso puede ser tentador. La inflación en Argentina también es vertiginosamente alta llegando al 25.6% en marzo de 2018. La cifra promedio llega a un tono bajo 200% (1944-2018, bajo -7% (1954), alto 20263 marzo 1990). El banco central ha establecido una tasa de inflación objetivo del 15%; teóricamente, impulsar la tasa de interés debería frenar la inflación y aumentar el valor de la moneda.
La agitación en Argentina se debe a la imposición de reformas de mercado vencidas con el objetivo de terminar con el proteccionismo y reducir el gasto gubernamental liderado por el presidente Mauricio Marci, una medida aplaudida por los inversores internacionales. Marci ha puesto fin a los controles de capital y ha actuado para restablecer la credibilidad de los datos económicos nacionales. Sus planes para eliminar los subsidios a los productos de precio controlado, incluidos los servicios públicos y la energía, enfrentan una dura oposición política.