Mientras muchos de los líderes mundiales se reúnen en Davos, Suiza, para el Foro Económico Mundial, el FMI ha rebajado su pronóstico de crecimiento este año de 3.7% a 3.5%. El pronóstico más alto se realizó en octubre del año pasado.
El FMI identifica las tensiones en el comercio global, más notablemente entre los EE.UU. y China como un obstáculo para la economía global (el valor de la economía mundial se estima en aproximadamente 80 billones de dólares). También sugieren que es probable que Brexit también tenga un impacto negativo (no menos en el Reino Unido y más si la salida es desordenada, por supuesto ...).
El FMI está pronosticando que la desaceleración de la economía china continuará (la desaceleración es un término relativo) con un crecimiento de este año del 6.2%. Se pronostica que el Reino Unido verá un crecimiento del 1.5%, pero enfatiza que la estimación podría cambiar dependiendo de las circunstancias (un Brexit negativo es un factor negativo en el crecimiento del Reino Unido). La economía alemana también experimentará un nivel de crecimiento similar, ya que los cambios en los estándares de emisión de combustible tras el escándalo de Volkswagen tienen un impacto negativo en los niveles de exportación.
El FMI está instando a una resolución rápida para los conflictos comerciales globales:
"La principal prioridad política compartida es que los países resuelvan de manera cooperativa y rápida sus desacuerdos comerciales y la incertidumbre política resultante, en lugar de elevar aún más las barreras dañinas y desestabilizar una economía global que ya se está desacelerando".
La preocupación por las guerras comerciales ya había llevado al FMI a recortar su pronóstico para el crecimiento global en su informe de octubre y esta resistencia se refleja aún más en la estimación actual.
El economista jefe del FMI, Gita Gopinath, señaló:
"Si bien los mercados financieros en las economías avanzadas parecieron estar desconectados de las tensiones comerciales durante gran parte de 2018, los dos se han entrelazado más recientemente, reforzando las condiciones financieras y aumentando los riesgos para el crecimiento global".
Por supuesto, tanto el Brexit como la guerra comercial entre Estados Unidos y China son el resultado de decisiones políticas tomadas en el Reino Unido y los Estados Unidos respectivamente y, al menos potencialmente, ambos podrían resolverse debido a la presión política interna.