Liam Fox es el Secretario de Comercio y fue un destacado defensor de la campaña durante el referéndum. Famosamente afirmó que hacer un trato comercial con la UE sería lo más fácil en la historia, esto ha demostrado ser una ilusión. Con el Reino Unido listo para salir de la UE en solo 35 días, no hay un acuerdo de retiro vigente, por lo tanto, no hay un período de transición acordado y el Reino Unido dejará de beneficiarse de los acuerdos comerciales que mantiene con terceros países que han firmado un acuerdo comercial con el Estados miembros de la UE.
Fox ha dicho antes que esperaba que todos los acuerdos comerciales existentes con terceros de la UE se “reinvertieran” en el momento en que el Reino Unido abandone el bloque. Sin embargo, ha sido imposible simplemente "cortar y pegar" estos acuerdos (a pesar de los 30 meses de aviso), de manera que el Reino Unido continuará beneficiándose de ellos sin demora. Razonablemente, algunas de las naciones en cuestión buscarán condiciones comerciales más favorables con una nación de aproximadamente 66 millones de lo que estaban dispuestas a aceptar al comerciar con un bloque de aproximadamente 512 millones. También puede ser relevante para estas naciones que el Reino Unido ya no pueda comerciar sin problemas con otros estados de la UE al considerar sus opciones.
El Reino Unido no podrá beneficiarse del nuevo acuerdo comercial entre la UE y Japón, uno de los acuerdos más significativos que esperaba "reinvertir" por Brexit. Igualmente, el Reino Unido ya no se beneficiará de la costumbre de la UE con Turquía.
El alarde de Fox en 2017 fue que el Reino Unido continuaría disfrutando de 40 relaciones comerciales especiales con terceros de la UE, sin embargo, actualmente los “acuerdos de continuidad2 se han finalizado con solo siete de 69 países y regiones: Suiza, Chile, Israel, la Autoridad Palestina, Oriente y África del sur y las islas feroe.
Esto significa que, a menos que el Reino Unido finalice un acuerdo con la UE antes de la fecha de Brexit (lo que debería permitirle continuar el comercio con terceros países como si fuera un estado de la UE), las empresas tendrán que comerciar según las normas de la OMC que impondrán los aranceles a un La gama de productos que actualmente están exentos o que se cobran a una tasa más baja y las medidas burocráticas también aumentarán.