La reserva federal ha indicado que es improbable que incremente la tasa de interés este año y predice solo un incremento en 2020. La política sin ninguna duda complacerá al presidente Trump quien ha sido crítico con la política de la Fed de normalizar la tasa de interés y llevarla a valores más típicos. Originalmente la reserva federal ha anticipado que las tasas de interés aumentarán dos veces este año, ciertamente en incrementos del 0.25%.
La Fed dijo que “el incremento de la actividad económica ha disminuido desde su tasa sólida en el último cuatrimestre. Los indicadores más recientes indican un crecimiento más lento del gasto doméstico y de la inversión empresarial fija en el primer cuatrimestre". La Decisión de la Fed fue unánime y mantiene las tasas congeladas en el rango desde 2.25 hasta 2.5% (que es más alta que la del banco de Japón, la del banco central europeo y la del banco de Inglaterra, solo por mencionar algunas).
A medida que afirmaba que hay buenas perspectivas para la economía americana en el 2019, con la tasa de desempleo por debajo del 4% y la inflación está por debajo de la meta del 2%, el presidente de la reserva federal Jerome Powell ha sugerido que la Fed adoptará una política paciente: "Probablemente durará algún tiempo antes de que el panorama en el mercado de trabajo y respecto a la inflación llamará claramente por un cambio en la política".
Powell recalcó que la disputa con China, una economía global perdiendo fuerza y los riesgos económicos asociados con el proceso del Brexit son todos factores de riesgo para la economía americana. La Fed tiene la idea de que la economía americana puede mantener un crecimiento del 2% la cual es una cifra más moderada que la expansión del 3% a la que el presidente aspira.
La tasa de interés promedio histórica en los Estados Unidos es 5.69% (desde 1971 hasta 2019) con un valor mínimo de 0.25% (diciembre de 2008) y un nivel récord de 20% en marzo de 1980. La política concerniente a la tasa de interés es una herramienta que usa la reserva federal para disminuir la presión inflacionaria en la economía, o para incentivar o desincentivar la actividad económica.