En cierto modo, no fue sorprendente que el Partido Conservador tuviese un mal desempeño en las elecciones del Parlamento Europeo. Su intención era que el Reino Unido no participase en ellas, ya que se esperaba que dejase la UE a finales del mes de marzo. El no lograr esto indignó a los votantes conservadores que favorecen al Brexit (una gran parte de los 124000 miembros estimados del partido) y desahogaron su ira al respaldar al partido del Brexit de Nigel Farage (o por el UKIP); los votantes que se oponen al Brexit votaron por otro partido con la esperanza de que el Brexit aún pueda ser evitado, lo que dejó un número reducido de votantes fieles del partido conservador.
Con el Partido Laborista ocurrió lo mismo. Los simpatizantes del partido y su base electoral se vieron frustrados con la insistencia del liderazgo de hacer felices a todos y decidieron abandonarla para apoyar a los LibDems, el partido verde, SNP o Plaid Cymru (un partido nacionalista galés), los cuales están fuertemente vinculados pues abogan por permanecer en la unión y por un nuevo referéndum. También perdieron partidarios del Brexit, quienes votaron por el partido del Brexit por la misma razón, pues no sabían cual era la posición del partido respecto al tema.
El mayor ganador de la noche (del jueves, aunque los resultados no fueron revelados hasta que todas las votaciones de la UE finalizaron este domingo) fue el Partido del Brexit y el mayor perdedor fue el UKIP. El partido del Brexit ganó 29 asientos de los 73; los LibDems obtuvieron 16 asientos; El partido laborista obtuvo 10; el partido verde ganó 7; los conservadores 4; el SNP 3 y Plaid Cymru 1 (los escaños son asignnados a nivel regional, el SNP tomó 3 de los 6 escaños escoceses).
Si bien el Partido Brexit claramente obtuvo la mayoría de los escaños, sus votantes no estaban divididos ya que un gran número de votantes laboristas y conservadores a favor del Brexit votaron por este. Sin embargo, el voto total para el Partido del Brexit y el UKIP fue del 34,9%, mientras que el total de votos para los partidos que se oponen al Brexit (sin contar al partido laborista) fue del 40,4%. Esto muestra claramente que no hay un consenso a favor del Brexit sin acuerdo que el partido de Farage defiende en la actualidad. Si el voto conservador se cuenta como a favor del Brexit y el voto del partido laborista se cuenta en el grupo que prefiere permanecer en la unión (reflejando la posición de sus miembros), el porcentaje de la totalidad de votos a favor de retirarse y de permanecer serían 46 y 53%, respectivamente.
El viernes, la sra. May anunció su renuncia y comenzó la competencia para sucederle. Si bien se piensa que el próximo líder será claramente una persona a favor del Brexit, es difícil ver cómo les irá mejor que a ella en su implementación.