Bajo el mandato de su líder Jeremy Corbyn, el partido laborista de la oposición ha tratado de apelar a ambos lados respecto al Brexit, pero siempre fue una política condenada al fracaso. Esta posición moderada fue culpada ampliamente por el pobre desempeño del partido laborista en las elecciones parlamentarias tanto locales como europeas, pues los que favorecen permanecer y los Brexiters abandonaron el partido a favor de alternativas con posiciones más claras respecto a esta cuestión.
Gran parte del Partido Laborista (más del 70% de sus miembros) ha querido desde hace mucho tiempo que el partido adopte una postura pro-permanencia y la gran mayoría de sus diputados apoyan esta posición, pero ha habido un temor entre algunos diputados respecto a perder un firme respaldo por parte de la izquierda pues "ignorar la voluntad de la gente" podría llevar a una reacción contra el partido laborista. Algunos en el partido están a favor de un llamado "Lexit" que estipula que, al salir de la UE, el partido (si está en el poder) podría nacionalizar industrias clave, aunque otros han señalado que tales nacionalizaciones pueden verse en otros estados miembros de la UE.
La posición oficial del Partido, después de su conferencia de 2018, fue que buscaría una elección general y, si esto no fuera posible, haría campaña para un segundo referéndum, dejando la decisión en manos del pueblo. A pesar de buscar y no lograr que se produjese un voto de no confidencia en contra del gobierno de May, el plazo del Brexit del 29 de marzo llegó y se fue sin que el partido adoptara una posición definitiva a favor del referéndum. Corbyn entro en conversaciones con el gobierno para ver si podían encontrar una posición de compromiso que el partido pudiera respaldar, pero ninguna de las partes estaba preparada para ceder terreno, por lo que fracasaron (como se predijo), pero el partido laborista aún permanecía a favor de una posición moderada.
La posición del líder ha cambiado gradualmente con el tiempo y llegó a exigir un voto confirmatorio sobre cualquier acuerdo que surja respecto al Brexit (esto no fue suficiente para salvarlo de la vergüenza electoral). Los parlamentarios pro-UE y los activistas del partido instaron a Corbyn a cambiar a una postura pro-permanecer después de las elecciones, pero que querían "consultar con los sindicatos", un importante sindicato, Unite (bajo el liderazgo de Len McCluskey) sigue oponiéndose al cambio, a pesar de hecho de que dieron su bendición en octubre pasado durante la conferencia.
Finalmente, Corbyn se ha mostrado a favor de respaldar un referéndum adicional respecto a cualquier acuerdo, o en el caso de que se avecine una "falta de acuerdo". Sin embargo, si se convirtiese en el primer ministro después de una elección anticipada antes de que el Reino Unido abandone la UE, la política del partido laborista será que tratará de negociar un mejor Brexit con la UE para honrar el resultado del referéndum original, a pesar del hecho de que la mayoría de los miembros aceptan que en cualquier escenario el Brexit dejará al país peor respecto a lo económico, disminuirá su estatura a nivel internacional y dará lugar a importantes pérdidas de empleos en el Reino Unido.
Por supuesto, el Sr. Corbyn no tiene poder para convocar un referéndum nuevo y algunos en su partido se han opuesto al Brexit de una forma vehemente. Los dos aspirantes al liderazgo del partido conservador (y, por lo tanto, a primer ministro) defienden el Brexit y están dispuestos a dejar la UE sin un acuerdo, pero la decisión del Partido Laborista significa que todos los partidos de la oposición en el Reino Unido ahora están a favor y se mantienen a favor de dar al electorado la decisión final respecto al asunto.