La economía alemana es la cuarta más grande del mundo detrás de las economías de Estados Unidos, China y Japón. Gran parte de lo que produce Alemania se exporta a todo el mundo, lo que hace que la economía alemana sea más susceptible que otras a cualquier problema con el crecimiento global, como la guerra comercial de Trump o una reducción general en la demanda global.
Las tensiones en el comercio mundial han sido culpadas por la contracción en la producción económica alemana en el segundo trimestre de 2019. La Oficina Federal de Estadísticas Alemana informó que el crecimiento trimestral sufrió una contracción, cayendo un 0.1% en relación con el primer trimestre. Los vientos en contra causados por la probable salida del Reino Unido de la UE y las consecuencias de una salida caótica para los 27 miembros restantes también han contribuido a la incertidumbre en Alemania y, de hecho, en todo el bloque.
La debilidad de la economía alemana en el segundo trimestre se atribuyó a una disminución de las exportaciones, debido al debilitamiento de la demanda global en general. Es difícil determinar en qué medida las medidas comerciales proteccionistas introducidas por los Estados Unidos están retrasando la producción económica mundial y cuánto se debe al debilitamiento de la demanda independiente. Al incorporar los datos actuales en una proyección anual, el crecimiento de Alemania llegaría a un débil 0,4%. La economía alemana es considerada como la economía más poderosa de la UE y es probable que cualquier debilitamiento de su producción económica sea tomado en cuenta respecto a las decisiones concernientes a la fijación de las tasas de interés y una mayor flexibilización cuantitativa por parte del BCE.
Dentro de los datos, las cifras generales de inversión (excluyendo la construcción) aumentaron al igual que el gasto de los hogares y del gobierno. El sector de la construcción disfrutó de un primer trimestre inusualmente fuerte y cayó a tierra en el segundo trimestre.
Las proyecciones para el tercer trimestre no parecen demasiado optimistas, lo que lleva a pensar, con preocupación, que la economía se dirige a una recesión, la cual es definida como dos trimestres consecutivos de contracción económica. Poco puede hacer Alemania para estimular la demanda global, persuadir a Trump respecto a las locuras del proteccionismo o convencer a un gobierno británico derechista euroescéptico sobre el daño económico duradero que puede causar el Brexit, por supuesto.