Según las cifras publicadas por la Organización de Estadísticas Nacionales (ONS), la economía del Reino Unido se contrajo en el segundo trimestre de 2019 en un 0.2%. La contracción es la primera que sufre la economía del Reino Unido desde el cuarto trimestre de 2012 y llega en un momento muy delicado para el proceso del Brexit, ya que el gobierno de Johnson tiene cada vez más la intención de abandonar la UE sin un acuerdo y, por lo tanto, sin un período de transición, el 31 de octubre de 2019.
El nuevo canciller de Hacienda, Sajid Javid, afirmó que no esperaba que la economía del Reino Unido cayera en una recesión en el tercer trimestre, pero no dio razones explícitas para su optimismo: si hay un Brexit "sin acuerdo", habrá una recesión en el cuarto trimestre y es probable que cause una reducción significativa en el crecimiento en el cuarto trimestre de 2019 y el primer trimestre de 2020. Dado que los datos de crecimiento trimestral siempre son relativos al trimestre anterior, una recesión podría ser de corta duración. Un mejor indicador será el tamaño del PIB del Reino Unido, por supuesto.
La cifra del segundo trimestre se produjo a raíz de un rendimiento del primer trimestre más fuerte de lo esperado, que se atribuyó a las empresas que almacenan materias primas y productos en preparación para la fecha original del Brexit del 29 de marzo de 2019. Mientras que el gobierno de May frecuentemente afirmó que "ningún acuerdo es mejor que un mal trato”, muy pocas personas creían que la Sra. May apoyaría el abandonar la UE de una forma caótica; La administración actual no tiene tales reparos. Parte de la contracción en la cifra del segundo trimestre se debe a la disminución de los materiales almacenados debido a la salida del mes de Marzo (que se esperaba que viniera con un acuerdo y un período de transición).
Hay una creciente actividad política diseñada para frustrar los esfuerzos del gobierno para abandonar el bloque sin un acuerdo. Los opositores señalan acertadamente que no existe un mandato para tal escenario, ya que los Brexiters aseguraron al público que un voto por salir de la UE sería seguido por un buen acuerdo con la esta lo que, implicaban, pondría al Reino Unido en una situación mejor de la que disfruta actualmente. Muchos observadores piensan que esto seguramente implicará un voto de no confianza en contra del gobierno de Johnson a principios de septiembre, poco después de que el parlamento reinicie sus labores. Si bien no se pueden celebrar elecciones generales hasta después de la fecha límite del Brexit (y, por lo tanto, en ausencia de que Johnson solicite a la UE una extensión después de una salida "sin acuerdo"), los términos fijos del parlamento acuerdan un período de 14 días para la formación de un nuevo gobierno que podría ganar una mayoría. Cada vez más, los que se oponen al Brexit caótico están depositando sus esperanzas en la formación de un gobierno de unidad nacional entre los parlamentarios moderados que se oponen a los riesgos económicos y sociales de tal salida de la UE.