Los analistas habían anticipado que la disminución de las exportaciones chinas continuaría en julio prediciendo una contracción del 2% sobre la cifra de junio. Sin embargo, el resultado de julio fue sustancialmente más prometedor de lo previsto, con un crecimiento del 3% en relación con el mes anterior.
El pesimismo respecto a las exportaciones chinas fue el resultado de la guerra comercial en curso (y, de hecho, intensificada) con los Estados Unidos, que ha visto a los Estados Unidos recaudar miles de millones de dólares en aranceles sobre las importaciones chinas a los Estados Unidos. Esto ha provocado que China tome represalias imponiendo aranceles sobre los bienes que importa de los Estados Unidos. La intención detrás de los aranceles es lograr que China acepte los cambios en sus prácticas comerciales que Estados Unidos quiere al hacer que los productos chinos sean cada vez menos competitivos en el mercado estadounidense. Si los compradores estadounidenses quieren productos chinos, el precio que deben pagar es más alto (lo que alimenta la inflación estadounidense), lo que hace que los productos nacionales (u otros productos importados de otras naciones) sean más atractivos, o eso espera la administración estadounidense. Estados Unidos ha anunciado que se aplicarán más aranceles a las importaciones chinas a partir del próximo mes, imponiendo una tarifa del 10% sobre $300 mil millones en bienes.
China importó 5.6% menos que el mes anterior en julio, pero esta reducción fue menor que la disminución de 8.3% en sus importaciones que se había previsto. China ha permitido que su moneda se debilite frente al dólar (haciendo que las importaciones chinas a los EE. UU. sean marginalmente más baratas) con el yuan cayendo por debajo del valor de 7 por dólar esta semana por primera vez en 11 años. Los comentarios del presidente Trump que sugieren que el dólar estadounidense es demasiado fuerte han llevado a temer una posible guerra de divisas, pero aún no hay evidencia de que esto pueda ocurrir. Dado que gran parte del comercio mundial se realiza en dólares estadounidenses, la depreciación de la moneda podría conducir al aumento del precio base de los productos básicos; es probable que esto supere cualquier ganancia frente a otras monedas, por supuesto, lo que podría impulsar la inflación en los mercados mundiales. Es probable que la Reserva Federal se oponga firmemente a cualquier presión para que manipule el valor del dólar por razones políticas, ya que eso sería contrario a los términos de referencia del banco que lo instan a mantener estable el valor de la moneda.